Bienvenida

‘Dijo Elokim: Haya luz y hubo luz.’ Génesis 1:3

Que la gran luz del entendimiento ilumine nuestros cerebros y purifique nuestros corazones , a fin de que en un ambiente de intelectualidad y de perfecta fraternidad , nos entreguemos a buscar los senderos de nuestra propia superación. Eusebio Baños Gómez

Página del día

LA LUZ PRESTADA - El Espía de DIOS

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viernes, 28 de mayo de 2010

A mi mamá, que vuelve a su casa.


Que hermoso fue ver la rosa


volviendo a su casa

la esperaban todas las flores
en especial su primas las calas
que bella se veia ella en el medio de todas
como la reina de todas las flores
es que las flores la aman
como no amar esta rosa
si es tan bella
bella aun sin ser regada
porque a veces la vida se olvida de ella
pero ella no se olvida de vivir
sin molestrar a nadie
ella se riega sola
ay señor ...que Dios bendiga esta rosa tan bella .

El ángel - Hans Christian Andersen


Cada vez que muere un niño bueno, baja del cielo un ángel de Dios Nuestro Señor, toma en brazos el cuerpecito muerto y, extendiendo sus grandes alas blancas, emprende el vuelo por encima de todos los lugares que el pequeñuelo amó, recogiendo a la vez un ramo de flores para ofrecerlas a Dios, con objeto de que luzcan allá arriba más hermosas aún que en el suelo. Nuestro Señor se aprieta contra el corazón todas aquellas flores, pero a la que más le gusta le da un beso, con lo cual ella adquiere voz y puede ya cantar en el coro de los bienaventurados.

He aquí lo que contaba un ángel de Dios Nuestro Señor mientras se llevaba al cielo a un niño muerto; y el niño lo escuchaba como en sueños. Volaron por encima de los diferentes lugares donde el pequeño había jugado, y pasaron por jardines de flores espléndidas.
- ¿Cuál nos llevaremos para plantarla en el cielo? -preguntó el ángel.
Crecía allí un magnífico y esbelto rosal, pero una mano perversa había tronchado el tronco, por lo que todas las ramas, cuajadas de grandes capullos semiabiertos, colgaban secas en todas direcciones.
- ¡Pobre rosal! -exclamó el niño-. Llévatelo; junto a Dios florecerá.
Y el ángel lo cogió, dando un beso al niño por sus palabras; y el pequeñuelo entreabrió los ojos.
Recogieron luego muchas flores magníficas, pero también humildes ranúnculos y violetas silvestres.
- Ya tenemos un buen ramillete -dijo el niño; y el ángel asintió con la cabeza, pero no emprendió enseguida el vuelo hacia Dios. Era de noche, y reinaba un silencio absoluto; ambos se quedaron en la gran ciudad, flotando en el aire por uno de sus angostos callejones, donde yacían montones de paja y cenizas; había habido mudanza: veíanse cascos de loza, pedazos de yeso, trapos y viejos sombreros, todo ello de aspecto muy poco atractivo.

Entre todos aquellos desperdicios, el ángel señaló los trozos de un tiesto roto; de éste se había desprendido un terrón, con las raíces, de una gran flor silvestre ya seca, que por eso alguien había arrojado a la calleja.
- Vamos a llevárnosla -dijo el ángel-. Mientras volamos te contaré por qué.
Remontaron el vuelo, y el ángel dio principio a su relato:
- En aquel angosto callejón, en una baja bodega, vivía un pobre niño enfermo. Desde el día de su nacimiento estuvo en la mayor miseria; todo lo que pudo hacer en su vida fue cruzar su diminuto cuartucho sostenido en dos muletas; su felicidad no pasó de aquí. Algunos días de verano, unos rayos de sol entraban hasta la bodega, nada más que media horita, y entonces el pequeño se calentaba al sol y miraba cómo se transparentaba la sangre en sus flacos dedos, que mantenía levantados delante el rostro, diciendo: «Sí, hoy he podido salir».

Sabía del bosque y de sus bellísimos verdores primaverales, sólo porque el hijo del vecino le traía la primera rama de haya. Se la ponía sobre la cabeza y soñaba que se encontraba debajo del árbol, en cuya copa brillaba el sol y cantaban los pájaros.

Un día de primavera, su vecinito le trajo también flores del campo, y, entre ellas venía casualmente una con la raíz; por eso la plantaron en una maceta, que colocaron junto a la cama, al lado de la ventana. Había plantado aquella flor una mano afortunada, pues, creció, sacó nuevas ramas y floreció cada año; para el muchacho enfermo fue el jardín más espléndido, su pequeño tesoro aquí en la Tierra. La regaba y cuidaba, preocupándose de que recibiese hasta el último de los rayos de sol que penetraban por la ventanilla; la propia flor formaba parte de sus sueños, pues para él florecía, para él esparcía su aroma y alegraba la vista; a ella se volvió en el momento de la muerte, cuando el Señor lo llamó a su seno. Lleva ya un año junto a Dios, y durante todo el año la plantita ha seguido en la ventana, olvidada y seca; por eso, cuando la mudanza, la arrojaron a la basura de la calle. Y ésta es la flor, la pobre florecilla marchita que hemos puesto en nuestro ramillete, pues ha proporcionado más alegría que la más bella del jardín de una reina.

- Pero, ¿cómo sabes todo esto? -preguntó el niño que el ángel llevaba al cielo.
- Lo sé -respondió el ángel-, porque yo fui aquel pobre niño enfermo que se sostenía sobre muletas. ¡Y bien conozco mi flor!
El pequeño abrió de par en par los ojos y clavó la mirada en el rostro esplendoroso del ángel; y en el mismo momento se encontraron en el Cielo de Nuestro Señor, donde reina la alegría y la bienaventuranza.

Dios apretó al niño muerto contra su corazón, y al instante le salieron a éste alas como a los demás ángeles, y con ellos se echó a volar, cogido de las manos. Nuestro Señor apretó también contra su pecho todas las flores, pero a la marchita silvestre la besó, infundiéndole voz, y ella rompió a cantar con el coro de angelitos que rodean al Altísimo, algunos muy de cerca otros formando círculos en torno a los primeros, círculos que se extienden hasta el infinito, pero todos rebosantes de felicidad. Y todos cantaban, grandes y chicos, junto con el buen chiquillo bienaventurado y la pobre flor silvestre que había estado abandonada, entre la basura de la calleja estrecha y oscura, el día de la mudanza.

martes, 25 de mayo de 2010

EL RETEJADOR.



Introducción

La Leyenda Masónica personifica el trabajo en Adonhiram, quien tuvo a su cargo la provisión de los materiales que se utilizaron en el templo de Salomón. /.../ Una vez que dio fin a la obra continuó prestando sus servicios al Rey como asesor jurídico y financiero, como Sacerdote de los Misterios, como amigo y confidente. Es, por tanto, un ejemplo de la multiplicidad que debe tener el Masón para servir al prójimo y a la sociedad en cuanto sea necesario”.
(Ortega, Cámaras de Instrucción para el Segundo Grado Simbólico).
 
Muchas veces damos por sentado que la significación de una expresión o de una idea es lo que, en la práctica, ha sido su uso. Sucede con la palabra retejador. Todas las definiciones exotéricas señalan que el verbo retejar se refiere al hecho de poner en el techo las tejas que faltan. En el sentido masónico, implica “poner a cubierto de la indiscreción” de quienes no están preparados para recibir la intensidad de esta luz que ahora nos alumbra.
El retejamiento, entonces, sirve a los fines de poder reconocer al iniciado que ha recibido su aumento de salario y que está capacitado, desde ahora, para ejercer el trabajo masónico tanto intra como extramuros.
Muchas cosas tal vez pudieran decirse, pero como nos vemos enfrentados al reconocimiento del F\M\ de 2º grado, es evidente que la alusión aquí se refiere a los medios con que contamos para ello, esto es, el signo, el toque y la palabra; porque claro, cuando el tejador de la Lo\ acude a verificar quien golpea a las puertas del templo con la batería del grado, lo primero que debe observar es a un Q\H\ en la posición al orden. Luego, al acercársele, se debe ejecutar el toque y entregar la palabra correspondiente. Una vez efectuado esto, el tejador reingresa al templo y comunica la calidad masónica de quien espera ser admitido en los trabajos, lo que es anunciado y permitido por el V\M\, ante lo cual el Com\M\ ingresará con la marcha respectiva.
En este escrito me referiré a la perspectiva esotérica que implican los temas considerados. Desde ya, mis excusas por la extensión del trabajo, y a los Q\Q\H\H\ que ya han leído parte de las ideas, ojalá toleren mis reiteraciones.
 
 
Desarrollo
“El Ser no se manifiesta sino por la acción: no trabajar equivale a no ser: también lo que es se encuentra en perpetuo trabajo. Nada está inerte o muerto, todo vive, los minerales y los cuerpos celestes, así como los vegetales y los animales”.
(El Libro del Compañero, p. 104).
 
Como ya dijimos en otra parte (Contreras 2003, El Símbolo) respecto de las particularidades del simbolismo masónico, podemos establecer una clasificación entre símbolos visuales y gráficos, gestuales y ritos y sonoros y vocales . Dentro de los primeros, hallamos todos aquellos referidos a la Geometría y al Arte constructivo; en los segundos, se hallan los ritos que son "una serie de gestos y posturas corporales que 'fijan' en el plano psicosomático del ser la energía-fuerza que precisamente el símbolo geométrico vehicula" (González et al. 1985-1988); mientras que en los últimos, encontramos las palabras sagradas y las palabras de paso, así como las leyendas iniciáticas. En este ensayo trataremos de los dos últimos, agregando, además, dentro del grupo de símbolos gestuales que éstos se hallan referidos  al corazón y al número 5.
En el primer grupo, tenemos la batería del grado, la posición al orden, el toque y la marcha, como ya dijimos, símbolos referidos al corazón y al número 5. La batería, aparte de su acompasamiento y solemnidad ritual, constituye uno de los signos del grado, dedicado a comunicar al Guarda Templo la calidad iniciática de quien solicita ser admitido en los trabajos, por medio de aquellos 5 golpes que se dan a la entrada del templo. Del mismo modo, la marcha del  grado se encuentra en este mismo conjunto de símbolos: los 3 pasos del A\ y los 2 siguientes del Com\, hacia el Sur, para avanzar a la columna de M\ y recibir allí más luz, yendo al encuentro de nuevas disciplinas con las cuales adentrarse en la búsqueda de la Verdad, haciendo un esfuerzo consciente, luego, para retornar a la línea primigenia, lo que ocurre con el quinto paso, el cual corresponde, precisamente, al número sagrado, al símbolo del Centro, del Sol naciente y del movimiento, y con este paso el Com\ queda “situado” en su lugar de trabajo y en la posición correcta. Señala respecto de la marcha, Ortega (1980:105) que: “Los ecos de sus Pasos resuenan como los Golpes misteriosos de la Batería. De esta manera anuncia a los Hermanos de las Columnas que es un Iniciado en el Segundo Grado y que conoce el número 5”.
En cuanto al Toque, éste contempla 2 fases e indica la relación con el número 5 que es, como dijimos, el número del centro y del corazón, ya que se efectúa precisamente en el dedo cordial. Debe recordar al Com\ su edad, o mejor dicho, sus edades, ya que el Com\M\ tiene 5 edades: la cronológica (años de vida), la fisiológica (desarrollo físico), la intelectual (desarrollo mental), la masónica (número de años que ha permanecido en la Institución) y la mística o simbólica (representada por el Número Sagrado).
Tal vez la mayor interrogante para un reciente Com\– al menos eso me ha sucedido en lo personal – se refiere al simbolismo que encierra la posición al orden del grado, aún a pesar de las explicaciones que se dan en el momento de la ceremonia de aumento de salario. En una breve referencia, Adoum (2002:25) señala lo siguiente:
 
El poner la mano derecha sobre el corazón, órgano de Vida y Altar de Dios, significa “Prometo, como Dios Hombre o Hijo de Dios, y reafirmo mi promesa de cooperar en la obra del G.A.D.U.”. La mano izquierda abierta y levantada forma la Estrella de Cinco Puntas, que es el símbolo del hombre triunfante en sus pruebas.
 
Básicamente, seguiremos esta línea argumentativa, analizando el porqué de la relevancia del corazón y de su conexión con el número 5, como forma de explicar todos los símbolos pertenecientes a este grupo.
Partimos señalando que el corazón, como ya muchos sabrán, no es una representación de lo sentimental, como se le hace parecer contemporáneamente, sino que constituye el centro del ser, elemento que se halla presente en las más diversas tradiciones. Este hecho permite que, esotéricamente, este órgano se constituya como el receptor de las ‘emanaciones celestes’ que vivifican al ser en su totalidad; de allí que se le considere como el punto de establecimiento del principio divino del hombre, esto es, el espíritu universal o “quintaesencia” que permite alcanzar al ser humano el resplandor del Logos, disipando la oscuridad de los instintos. Desde ese momento, disipadas las tinieblas que reinaban en su interior, brilla la estrella flamígera.
Guénon (1949), refiriéndose a la instancia “etérea” del corazón, cita el siguiente texto: “En esa residencia de Brahma (es decir, en el centro vital de que tratamos) hay un pequeño loto, una morada en la cual está una pequeña cavidad (dáhara) ocupada por el Éter (Âkâça); ha de buscarse lo que hay en ese lugar, y se lo conocerá”. A esta morada se le conoce, también, como el centro de la cruz elemental –“cavidad del corazón” – , símbolo de todo lo manifestado, por cuanto aquí vemos representados a los cuatro elementos, dispuestos formando parejas, en cada extremo de esta cruz, según la disposición aristotélica de sus características fundamentales; en el centro, la quinta essentia, el quinto elemento o Éter que es, como dice Guénon, “primero en el orden de desarrollo de la manifestación, pero último en el orden inverso que es el de la reabsorción o del retorno a la homogeneidad primordial”. Esta quintaesencia es representada, habitualmente, como una rosa de cinco pétalos en el centro de la cruz, equivalente al loto de las tradiciones orientales. Si ya vamos vislumbrando algunas semejanzas, podremos apreciar que este simbolismo se corresponde con nuestro pentagrama pitagórico de la estrella flamígera, cuyo centro es, precisamente, el hombre, desde donde se irradia toda su capacidad e inteligencia.


quintessenza

 
Precisamente, desde aquí conectamos, brevemente, con la relación numérica: el 5 es, por una parte, el eje de los primeros nueve números; por otro lado, es la unidad que se formaliza en el centro del cuadrado y de la cruz (cfr. González 1985-1988).
 

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Esta unidad cumple la función de síntesis. En nuestra simbología dicho número se ve representado por la mano en el corazón y, además, por la mano en la sien izquierda. Demás está decir aquí la coincidencia que esto tiene con la piedra piramidal. Asimismo, como ya se ha deducido, el 5 se representa geométricamente por el pentagrama, al cual hemos hecho alusión anteriormente. Del mismo modo, debemos recordar que el Com\M\ debe efectuar cinco viajes misteriosos, con diversos instrumentos que representarán sus características: el primero, con mazo y cincel (voluntad e inteligencia); el segundo, con regla y compás (lo absoluto y lo relativo); el tercero, con la palanca (voluntad inquebrantable, inteligente y desinteresada); el cuarto, con regla y escuadra (rectitud y perfeccionamiento) y el quinto, con las manos vacías (intelectualización iniciática).
En la P\ al O\ de Com\, por ejemplo, si la mano a la altura de la sien izquierda representa el pentagrama que nos indica el número esencial del grado, no es menos cierto que la mano en el corazón nos deja entrever lo que será el anhelo propio del Com\. En la ejecución del signo, la mano se proyecta desde el corazón que irradia, hacia el exterior que recibe las luces de la inteligencia, por medio de la quintaesencia, o mejor, de la actividad benéfica del ser humano, producto de la transmutación alquímica de los elementos, la cual se realiza en el athanor que constituye el propio hombre. No es un proceso externo ni que involucre elementos materiales en sí, es la naturaleza del propio individuo la que, mediante diversos trabajos y purificaciones, debe dar paso al “oro” de los alquimistas.
Esta irradiación del corazón y su lugar central, en todas las tradiciones antiguas, decía relación con el Sol. No por nada al Sol se le llama “corazón del cielo”. Así, Proclo (cit. en Guénon 1946) señala: “Ocupando por sobre el éter el trono del medio, y teniendo por figura un círculo deslumbrante que es el Corazón del Mundo, tú colmas todo de una providencia apta para despertar la inteligencia”. Esta última corresponde a la inteligencia pura, universal, trascendente, no a la razón que se asimila con el cerebro, y sobre la cual ya haremos alusión. Este corazón irradia tanto calor como luz, lo que lleva a Guénon (1946) a decir que:
 
si el “hálito” está allí referido a la luz, se debe a que es propiamente el símbolo del espíritu, esencialmente idéntico a la inteligencia; en cuanto a la sangre, es evidentemente el vehículo del “calor vivificante”, lo que se refiere más en particular al papel “vital” del principio que es centro del ser. /.../ Por otra parte, cabe observar que la irradiación, incluso cuando están reunidos los dos aspectos, parece sugerir, de modo general, una preponderancia reconocida al aspecto luminoso; esta interpretación se ve confirmada por el hecho de que las representaciones del corazón irradiante, con distinción o no de ambas clases de rayos, son las más antiguas, pues datan en su mayoría de épocas en que la inteligencia estaba aún referida tradicionalmente al corazón
 
Inteligencia y razonamiento es lo que distingue al ser humano de otros seres biológicamente similares; maravillosa síntesis representada en el simbolismo de la posición al orden del grado de Com\, puesto que es el hombre, en su acción conjunta con los elementos, es el que ejecuta el trabajo interior que lo llevará a irradiar sus luces a la sociedad, pues, como dice el texto bíblico (Mateo 5, 14:16):
 
Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse ciudad asentada sobre un monte, ni se enciende una lámpara y se la pone bajo el celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a cuantos hay en la casa. Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres, para que, viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos.
 
No por nada los masones se consideran “hijos de la luz”. Ahora bien, ¿cómo se conecta la inteligencia y el razonamiento en la posición al orden del grado? Dijimos que con la acción del hombre, quien es representado por la mano derecha en el corazón, con sus cinco dedos abiertos – en esta caso en forma de garra – y con la mano izquierda en posición a la altura de la sien izquierda. Es la conexión, además, de dos chakras esenciales del ser humano, considerando que el último, el que reside en la cabeza, representa precisamente la conexión con la divinidad, simbolizada mediante la flor de loto.
En todo caso, Darel (cit. en Guénon 1927) señala que: “El cerebro, instrumento del pensamiento encerrado en el mundo, y transformador, para uso del hombre y del mundo, de ese pensamiento latente, hace a éste realizable por intermedio suyo. Pero solo el corazón, por un aspir y un expir secreto, permite al hombre, permaneciendo unido a su Dios, ser pensamiento vivo.”.
Como quiera que sea, sólo en un ser humano “desintegrado” puede considerarse ambos puntos como una dualidad, una oposición o como términos antagónicos de una relación, lo cual pasa, en todo caso, por un cierto carácter adámico de la explicación de la génesis humana. Con todo, debemos dejar en claro que, de todas maneras, el aspecto involucrado aquí es de subordinación, no de complementariedad. Para aclarar algo más este concepto, convengamos en que el corazón se representa por medio del sol y, el cerebro, a través de la luna (como ya vislumbramos en el Oriente de la Lo\, en el sitial del V\M\). Si proyectamos las características de estos cuerpos celestes, podemos apreciar que el sol es fuente de luz, mientras que la luna refleja aquella luz solar, esto es, desde el punto de vista de la irradiación luminosa, la luna existe en función del sol. El mismo principio alquímico es válido para la relación que pretendemos establecer, esto es, entre la intgeligencia intuitiva y la discursiva o racional. No por nada, también, la actividad del pensamiento es una reflexión, es decir, un proceso de transmisión o tranformación, a manera del reflejo que produce un espejo.
El mismo Tomás de Aquino nos recuerda en De Veritate (quaestio 15, arg. 1) que: “Intellectus enim simplicem et absolutam cognitionem designare videtur. /.../ Ratio vero discursum quemdam designat, quo ex uno in aliud cognoscendum anima humana pertingit vel pervenit” (El intelecto parece designar un conocimiento simple y absoluto. /.../ La Razón designa un discurrir por el cual el alma humana llega a conocer una cosa a partir de otra”.).
En cuanto al otro grupo de símbolos, los sonoros y vocales, se halla constituido por las palabras sagradas y las palabras de paso. Las primeras dicen relación con la "búsqueda de la Palabra perdida", que constituye la armonía del ser en la unidad trascendental, el Verbo creador de los orígenes, con lo cual su articulación sonora tiene una finalidad similar a la de los mantras. En tanto, las segundas, se refieren más bien a una interioridad hermética que es develada y permite la apertura de un espacio y tiempo interior sagrado y cualitativo, vinculado al principio valorativo de los números y de la ciencia de los nombres. En el caso del Com\, éstas son J\ y shi\, respectivamente.
J\ hace alusión a una de las columnas del Templo de Salomón, y significa estabilidad, pero más lejanamente en el tiempo, y representando este mismo principio, la hallamos como símbolo de uno de los reinos egipcios, de cuya unión surgía el establecimiento, esto es, la unidad en un solo Reino del Alto y Bajo Egipto. Cada una de las columnas sagradas se hallaba instalada en la sede de los respectivos reinados y se proyectaban en el espacio sagrado para “constituir” la base de asentamiento de todo el sistema. Ese mismo significado nos fue legado a través de las columnas del místico Templo y es por ello que las consideramos como representación de los límites del mundo creado, del mundo profano.
Según el Catecismo del Grado, el Com\ inicia la secuencia de la Palabra Sagrada, ya que, a diferencia del A\, está en condiciones de dar antes que de recibir, por cuanto ha mostrado pruebas suficientes de su iniciativa intelectual.
Shi\, en tanto, se ha traducido como “numerosos como las espigas de trigo”, en referencia a los Mas\ esparcidos por la faz de la tierra. Pero en su sentido alegórico, simbólico, nos recuerda los más profundos misterios de la Madre Tierra y de nuestra procedencia de sus entrañas: el grano de trigo que es el A\ ha madurado y es hora que comience a dar sus frutos. No es casual que en este símbolo se encuentre representado uno de los aspectos más fundamentales de todo ciclo: el del nacimiento, muerte y resurgimiento, ya que el grano de trigo, para dar paso a la espiga fecunda, amarilla y abundante, debe primero visitar el interior de la tierra y, tras su muerte – tras nuestra muerte alquímica, expresada por el acróstico VITRIOL (Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies Occultum Lapidem) – recién se verán sus verdaderos frutos.
El Com\M\ debe, con esta maduración en los misterios del grado, ser capaz de proyectarse hacia el exterior y entregar la fecundidad de la espiga a quienes de ella necesiten. No está demás recordar aquí que, en la tradición egipcia, la espiga de trigo era el símbolo de Osiris y representaba su muerte y resurrección.
¿Tiene algún sentido vincular J\ y Shi\ como las palabras del grado? Al parecer, al menos desde la óptica de este análisis, debieran tener una significado más que profundo y, por lo tanto, poco perceptible. Me atrevo a sugerir algunas ideas al respecto, en el entendido de que sólo sigo por la vía de la especulación simbólica.
El reino vegetal, por su propia naturaleza, se halla más fuertemente vinculado al fluir de los ritmos y ciclos cósmicos, tal como dice González et al. (1985-1988): “reflejados en la renovación periódica y anual de las plantas, en la regeneración de la potencia fértil y fecunda de su savia, propiciando de esta manera la alimentación y el sustento necesario a hombres y animales.”
En este sentido, la simbólica de las espigas de trigo participa del principio de las leyes universales de correspondencia y analogía – armonía, en suma – entre lo terrestre y lo celeste, entre el orden de lo visible y de lo invisible. El proceso que experimenta se manifiesta como una combinación entre las fuerzas telúricas y cósmicas, entre las energías activas y pasivas, masculinas y femeninas, para re-crear el principio armónico, el mismo que encontramos como indicio en la columna J\, ya que la unión de la estabilidad con la fuerza permiten el asentamiento o establecimiento de las energías motrices.
Particularmente, el trigo, además, viene a representar a la substancia y esencia reunidad en el Hombre Universal, el iniciado o neófito (el “nuevo nacido” o “nueva planta”) quien, como bien pone de relieve González (1985-1988) es:
 
comparado a una semilla o germen que ha de "morir" en el interior de la tierra para renacer al mundo de arriba y de la luz, que es su verdadero origen, pues al contrario que el vegetal el hombre tiene sus "raíces" en el Cielo, tal y como nos relata Platón en el Timeo cuando dice que "el hombre es una planta celeste, lo que significa que es como un árbol invertido, cuyas raíces tienden hacia el cielo, y las ramas hacia abajo, hacia la tierra".
 
En ambos símbolos, lo que se recalca, por cierto, son vías para alcanzar el Conocimiento. Vías simbólicas, por cierto, que tendremos que ir develando por medio del esfuerzo, del estudio, de la praxis y del asentamiento axiológico al que nos llama la Orden, para luego poder proyectarnos cabalmente a la sociedad que requiere constantemente de nuestros mayores afanes.
 
Conclusiones
Aunque nuestra obra se perfecciona de nuestro solo mercurio, a pesar de eso necesita de fermento rojo o blanco, pues se mezcla más fácilmente con el sol y con la luna, y se hace una sola cosa con él, siendo así que estos dos cuerpos participan más de su naturaleza, luego son más perfectos que los demás.
La razón es porque los cuerpos son de tanta mayor perfección cuanto más contienen de Mercurio. El sol, pues, y la luna, teniendo más de él, se conmezclan para la rubio y para lo blanco, se fijan estando en el fuego, porque el mismo mercurio solo es el que perfecciona la obra y en él hallamos todas las cosas de que necesitamos para la Obra, al cual no se debe juntar cosa extraña.
 
(Tomás de Aquino, Tratado en el Arte de Alquimia)
 
 El trabajo del Com\M\, a diferencia del trabajo profano, debe tener una finalidad que sea coherente con “nuestras prácticas y doctrinas”, como solemos decir. Esto significa que ya no basta la labor de cantería, sino que el proceso ahora se complejiza y se dinamiza. Si recordamos el viejo adagio, aquél de que “el hábito no hace al monje”, bien podremos darnos cuenta que el actualizar un cierto ritual –unas determinadas prácticas–, junto con los símbolos a los que haga alusión – en el caso en comento, la posición al orden del grado –, no hace Mas\ de por sí. La “doctrina” a la cual hacen referencia, además, es una primera luz, creo, para ir develando lo que está más allá de lo visible.
En las líneas que precedieron, se trató de hacer una referencia a unos símbolos particularmente complejos, en cuanto a su red de relaciones, que nos presenta la Orden, sin pretender, por cierto, hacerlo de manera exhaustiva. Lo central en este sentido, se ha podido apreciar en la tríada corazón – cerebro – hombre, a la cual aludimos.
Si bien es cierto el trabajo masónico se hace con las luces de la razón, de acuerdo con lo que hemos dicho, no podría un cuerpo secundario o “accidente” estar por sobre un cuerpo primario o “esencial”. El desequilibrio en nuestra realidad como seres integrales se debe, precisamente, al predominio lunar ante el solar. La conjunción de la naturaleza alquímica de los trabajos, de este modo, queda alterada y los elementos dejan incompleta su amalgama en el athanor humano.
Los símbolos analizados nos muestran la interacción que se produce en el ser humano mismo, eje y principio de la Gran Obra, a fin de poner en acción las fuerzas vitales que le son propias, para que el pentagrama estelar realmente se transforme en una estrella flamígera. El Com\, si recordamos bien, es reconocido como tal por conocer la letra G, la que se nos presenta, en la ceremonia de aumento de salario, precisamente inscrita en el pentáculo radiante. Esto no es una casualidad; se trata de recalcar las potencialidades que deben actualizarse en el hombre para que se transforme en un instrumento de reflexión.
La inteligencia que nos conecta con nosotros mismos, con los demás y con la vibración universal, materializa su acción a través de la razón. En este sentido entendemos el cogito, ergo sum cartesiano. No porque el pensamiento racional sea anterior o conditio sine qua non de la existencia, sino más bien porque la naturaleza propia del ser humano, condición sin velos puestos por delante, se concreta en la acción dentro de la sociedad, la que a su vez se mediatiza por la acción de la voluntad guiada por el entendimiento razonado.
La conjunción de estas características permite al Com\ entregarse a los trabajos para los cuales ha sido llamado y de los cuales deberá rendir cuentas, pues el aumento de salario no es una mera formalidad que nos pone por sobre otros, sino que es la asignación de nuevas responsabilidades, la conducción por nuevos caminos y la comprensión de otros conocimientos, todo lo cual nos hace más conscientes de nuestra propia ignorancia y de la enorme labor que aún queda por delante. Sin embargo, como señala el dicho medieval, ora et labora, esto es, concentremos las energías vitales de la inteligencia y la reflexión para actuar sobre el mundo, irradiando paulatinamente las luces que permitan el desarrollo humano de la sociedad.
Termino esta exposición, recordando algunas palabras de Guénon (1927):
 
El “conocimiento del corazón” es la percepción directa de la luz inteligible, esa Luz del Verbo de que habla San Juan al comienzo de su Evangelio, Luz irradiante del “Sol espiritual” que es el verdadero “Corazón del Mundo”.
 
Gracias a Manuel Eduardo C.S.

Bibliografía
 
Adoum, Jorge (2002). El Compañero y sus misterios, Kier, Buenos Aires.
Aquino, Tomás de. (ed. 1953) “De veritate”, en Quaestio disputata de spiritualibus creaturis, Textum Taurini 1953 editum ac automato translatum a Roberto Busa SJ in taenias magneticas denuo recognovit Enrique Alarcón atque instruxit. En Corpus Thomisticum (http://www.corpusthomisticum.org/qds.html)
Béresniak, Daniel (2000). Symbols of Freemasonry, Assouline, New York.
Contreras Seitz, Manuel (2003). “El símbolo”, en Piedra-Stones-Pietre, Revista de Masonería, http://www.freemasons-freemasonry.com/seitz.html
González, Federico; Francisco Ariza, Fernando Trejos, José Manuel Río, L. Herrera, Mª V. Espín, Mª A. Díaz y A. Wiechers (1985-1988). Introducción a la Ciencia Sagrada, Programa Agartha.
Gran Logia de Chile (s/f). Manual de Instrucción para el Grado de Compañero.
Guénon, René (1927). “Corazón y cerebro”, en Vâlsan (1969); pp. 389-398.
Guénon, René (1946). “El corazón irradiante y el corazón en llamas”, en Vâlsan (1969); pp. 384-388.
Guénon, René (1949). “El Éter en el corazón”, en Vâlsan (1969); pp. 415-421.
Nacar Fuster, Eloíno y Alberto Colunga Cueto (1978). Sagrada Biblia, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid.
Ortega S., Oscar (1980). Cámaras de Instrucción para el Segundo Grado Simbólico, tercera edición corregida, Edición de la Gran Logia de Chile, Santiago.
Vâlsan, Michel (1969). Símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada, compilación póstuma de la obra de René Guénon, EUDEBA, Buenos Aires.
      Wirth, Oswald (s/f). El libro del Compañero.

lunes, 24 de mayo de 2010

UN CAMINO HACIA LA LUZ.


En la Cabala para ascender existen dos senderos que parten de ASSIAH (mundo de la acción y la materia) hasta ATZILUTH (mundo de la emanaciones, mundo divino), uno es el de “La Serpiente”, el cual en forma ondulante pasa de una columna a otra, utilizando como medio El Ceremonial, donde a través de la excitación a través de los sentidos físicos, se trata de hacer presente la mente del “Yo” Interior, y venga la iluminación ò revelación.

El segundo sendero, es el llamado “El Vuelo de la Flecha”, “El Sendero de los Arcángeles” o “La Escala de Jacob”, y asciende por la columna de en medio ò del equilibrio, el medio para ascender es La Meditación, este sistema consiste en apagar ò inhibir los sentidos físicos è ir dejando atrás el mundo objetivo, a la vez que se interna poco a poco en los mundos internos del “Yo”; La Primera Ley del Kibalión “Todo es Mente; El Universo es Mental”…. “si en nuestra mente esta el fundamento de todas las cosas, ¿no será nuestra mente la piedra fundamental y angular en la cual se basa todo el arte hermético?”, “la mente puede ser transmutada, de estado en estado, de grado en grado, de condición en condición, de vibración en vibración. La verdadera transmutación hermética es un arte mental”,  “cualquier cosa que suceda en la mente va acompañada por una sensación”, “la mente precede a todos los fenómenos, la mente es lo que mas importa, la mente lo produce todo”.- Friedrich Von Licht “El Fuego Secreto”.

Cada místico deberá buscar, según su personalidad, el sendero que mas le facilite sus propósitos, cada sendero tiene sus reglas, algunas son idénticas, como: claridad en sus propósitos, seriedad, solemnidad y pureza de corazón; por ejemplo cuando se le pide al guardián (La Conciencia) que vea que nadie espié ù oiga, en realidad se trata que no exista en mente ningún pensamiento ajeno a los propósitos místicos que se buscan.

El símbolo es un medio de comunicación abierto y polivalente, que bien puede ser para todos, pero en algunas ocasiones va dirigido a algunas personas especificas, detrás del símbolo siempre deberá existir una verdad, pues de lo contrario no es un símbolo, sino una mentira; Papus en su libro “El Tarot de Marsella” conocido también como “El Tarot de los Bohemios” (Pagina No. 9) hace a la masonería una de las depositarias del simbolismo de las ciencias esotéricas, mas sin embargo dice textualmente “la masonería actual ha perdido casi por completo el sentido de los símbolos tradicionales, que constituía precisamente el deposito que debería transmitir de edad en edad”, y les habla en particular a los Maestros Masones, Caballero Rosacruz y al Caballero Kadosch.

Pensar y aceptar que el valor del simbolismo masónico termina en el entendimiento intelectual de palabras poéticas ò morales, es un grave error, se deberá buscar el espíritu de las palabras, el ídolo sirve al creyente para facilitarle su acercamiento a Dios, no cometas la equivocación de quedarte adorando al ídolo y pierdas de vista a Dios,

“No hay parte de mi que no sea parte de los dioses”, Eliphas Levi en su libro <> nos dice “el hombre es la forma del pensamiento divino, y Dios es la síntesis idealizada del pensamiento humano… nosotros nos hacemos a semejanza de nuestro ideal”, el estudio masónico nos habla del hombre verdadero y sus facultades y poderes interiores, para lograrlo, igual que los seguidores del Islam peregrinan hacia la Meca, ó los cristianos a Jerusalén, el masón deberá recorrer con sus pies, el sendero que lo lleve al sepulcro de Hiram Abiff, y convertirse, él mismo en el maestro Hiram, pero antes deberá abrir el arca de la alianza…… perdón, la urna que contiene el corazón embalsamado de Hiram, esto a de hacerlo con una llave de marfil blanco, que a logrado a través de largo tiempo de esfuerzo, estudio y meditación, pero cuidado, el marfil es un material frágil y fácil de romper, aunque después de tanto estudio y trabajo, el verdadero maestro masón deberá conocer el arte regio, y saber trabajar los metales, de modo que siempre estará en posibilidad de construir una copia de bronce.

Ya que se menciono por “accidente” el arca de la alianza, me recuerda que tiene dos kerubines que la custodian, cada uno frente al otro, con sus alas extendidas hacia arriba, todo esto, al igual que el escarabajo con sus alas expuestas, sello de los faraones de Egipto, veo una semejanza con los dos hemisferios cerebrales, como también a los kerube con sus espadas flamígeras que impiden el retorno del hombre al jardín del edén, ò…….. Mundos divinos.

Muchos han hollado el sendero que lleva a lugares sagrados, estos han escrito libros, pero no te confundas, los libros señalan una dirección, no son el camino, cada quien deberá ascender la montaña con sus propios pies, pensar mas con su propia mente y menos con la ajena. ¡Hay! De aquellos que dificultan ó desvían del sendero a quienes buscan la cumbre, pobres de aquellos que esconden su ignorancia bajo la palabra secreto, pero mas triste es aquellos que ignoran que ignoran, recuerda maestro masón, las palabras de W. E. Butler en su libro <> nos dice, “todo trabajo mágico comienza dentro y se proyecta hacia fuera”, tu Soberano Príncipe Rosa Cruz ¿ya encontraste la palabra perdida?,  recuerda que los nombres de los 72 ángeles componen el “SEM HAMMEPHORASCH” el hombre de Dios explicado, dice el Zohar “el nombre de 72 letras, que es la síntesis de todos los nombres cimentó el mundo” y paradójicamente Dios no puede tener ni forma ni nombre, recuerda Caballero Kadosch, el símbolo magnifico que irradiaba en el centro del triangulo luminoso, cuando te fue revelada la verdadera significación de la letra “G”, estudia la genealogía de Hiram Abiff, y que el lucero de la mañana te guié en tu empeño……. Recuerda forjador de bronce.

“Soy yo, quien ha creado al obrero que sopla sobre los carbones ardientes que necesita para su obra” Isaías, 54:16.

Gracias a J.David.B.B.

Nota: 
El Sendero, es un camino interior que va al encuentro del hombre verdadero, con todas sus facultades divinas heredadas por linaje de su padre, el Gran Arquitecto del Universo.

Bibliografía:

o       El Fuego Secreto.-                                            Friedrich Von Licht.
o       El Secreto Masónico.-                                      Robert Ambelain.
o       Manual del Maestro Secreto.-                          Aldo Lavagnini.
o       El Mago.-                                                            W. E. Butler.
o       La Cabala Mística.-                                           Dion Fortune.
o       El Tarot De Marsella (Bohemios).                   Papus.
o       La Clave De Los Grandes Misterios.-            Eliphas Levi.
o       Pantaculo.-                                                         Martinismo.

domingo, 23 de mayo de 2010

DEFENDER LA LUZ.

SERENIDAD

El Guerrero de la Luz sabe que en cualquier actividad es preciso saber lo que se debe esperar, los medios para alcanzar el objetivo y la capacidad que tenemos para la tarea propuesta. Sólo puede renunciar el que, sabiéndose así pertrechado, no tiene deseos por los resultados de la conquista y permanece absorto en el combate. No es lo mismo renuncia que indiferencia. No se deja engañar por su propia capacidad y evita ser tomado por sorpresa: él da a cada cosa el valor que merece tener.

El Guerrero de la Luz sabe que nadie gana siempre, y sabe distinguir sus aciertos de sus errores.

El Guerrero de la Luz reflexiona antes de actuar, procura mantener la serenidad y analiza cada paso como si fuese el más importante. No obstante, en el momento en que toma una decisión no cambia de ruta si las circunstancias fueran diferentes a lo que imaginaba. Un Guerrero de la Luz, cuando comienza, llega hasta el final.

CORAJE

“La primera cualidad del camino espiritual es el coraje”, decía Gandhi. Y, según el monje tibetano Chögyam Trungpa, “la primera cualidad del hombre valiente es luchar por aquello que pueda ser útil a toda la humanidad”.

El Guerrero de la Luz llora sus pensas y descansa cuando es derrotado, pero inmediatamente vuelve a luchar por sus sueños coraje

El Guerrero de la Luz nunca se acobarda. En la duda, prefiere afrontar la derrota y después curar sus heridas, porque sabe que la huida da al agresor un poder más grande del que merece. El Guerrero de la Luz encara la situación difícil con heroísmo, resignación y coraje.

Pero los hombres y mujeres valientes proyectan su pensamiento mucho más allá de las paredes de su cuarto. Saben que, si no hacen nada por el mundo, nadie más lo hará. Entonces toman parte en el Buen Combate de la vida, aún sin entender del todo el porqué.

Ten miedo de algunas cosas, y concentra todo tu miedo en ellas, para que tengas coraje ante el resto.

Todos los caminos del mundo conducen al corazón del guerrero; él se sumerge sin vacilar en el río de pasiones que siempre corre por su vida.

El guerrero sabe que es libre para escoger lo que desee; sus decisiones son tomadas con coraje, desprendimiento y — a veces — con una cierta dosis de locura. Acepta sus pasiones y las disfruta intensamente. Sabe que no es preciso renunciar al entusiasmo de las conquistas; ellas forman parte de la vida, y alegran a todos los que en ellas participan. Pero jamás pierde de vista las cosas duraderas y los lazos creados con solidez a través del tiempo. Un guerrero sabe distinguir lo que es pasajero y lo que es definitivo.


SOLIDARIDAD

Un Guerrero de la Luz no entra en la batalla sin conocer los límites de su aliado.

El Guerrero de la Luz proyecta sus pensamientos más allá del horizonte. Sabe que si no hace nada por el mundo, nadie más lo hará. Entonces, participa en el Buen Combate y ayuda a los otros, incluso sin entender bien porqué lo hace solidaridad

SINCERIDAD

El Guerrero de la Luz aprovecha cualquier ocasión para enseñarse a sí mismo, no se deja engañar y descubre los mensajes de los hombres que le rodean: intentan mostrar lo peor de sí mismo, no creen en su propia capacidad, pero viven cacareando sus virtudes.

En nombre de la verdad, la raza humana cometió sus peores crímenes. Hombres y mujeres fueron quemados. La cultura de civilizaciones enteras fue destruida, los que buscaban un camino diferente eran marginados.

Uno de ellos, en nombre de la "verdad" terminó crucificado. Pero, antes de morir, dejó la gran definición de la Verdad.
No es lo que nos da certezas.
No es lo que nos da profundidad.
No es lo que nos hace mejores que los otros.
No es lo que nos mantiene en la prisión de los prejuicios.
La verdad es lo que nos da la libertad.
"Conoceréis la Verdad, y la verdad os hará libres" dijo Jesús.

ADAPTACIÓN

Es mejor ceder que rendirse... Uno se rinde ante la desesperación y cede a la aceptación..., la aceptación de las cosas que no se pueden cambiar. (Grad)

El Guerrero de la Luz a veces actúa como el agua, y fluye entre los obstáculos que encuentra. En ciertos momentos, resistir significa ser destruido; entonces, él se adapta a las circunstancias. Acepta sin protestar que las piedras del camino tracen su rumbo a través de las montañas, sin olvidar su objetivo: el mar.


DISCERNIMIENTO

El Guerrero de la Luz sabe que las batallas que trabó en el pasado siempre terminan por enseñar algo. No obstante, muchas de estas enseñanzas le hicieron sufrir más de lo necesario. Más de una vez perdió su tiempo luchando por causa de una mentira. Y sufrió por personas que no estaban a la altura de su amor.

Marcia Frerias recuerda la historia de un hombre que se acercó a Sócrates:
— Como soy muy amigo suyo, necesito contarle algo.
— ¡Espera!— dijo Sócrates—. ¿Y las tres pruebas? ¿Ya hiciste la primera prueba, que es la de saber que lo que me vas a contar es verdad?
— Bueno... no tengo una certeza absoluta, pero oí decir...
— Entonces hiciste la segunda prueba — dijo el sabio — La prueba de la bondad. ¡Lo que vas a contarme será bueno para mí!
— No... muy por el contrario...
— Si no hiciste la prueba de la verdad ni la de la bondad, ciertamente habrás hecho la de la utiliconsidad. ¡Lo que me vas a contar me será útil!.
— ¿Útil? — , dijo el visitante. — Bueno, útil no es.
— Entonces — dijo el filósofo sonriendo — si el asunto no es verdadero, ni bueno, ni útil, mejor no le des importancia.

PERSEVERANCIA

El Guerrero de la Luz sabe que una guerra prolongada termina siempre destruyendo la victoria, por lo que sabe retirar sus fuerzas y concederse una tregua esperando el mejor momento para un nuevo ataque. Siempre retorna a la lucha, pero nunca lo hace por obstinación sino porque nota el cambio en el tiempo. 


MEDITACIÓN

El Guerrero de la Luz medita ante situaciones importantes: no quiere causar sufrimientos inútiles ni abandonar su camino. Entonces, deja que la decisión se manifieste.

El Guerrero de la Luz descansa y ríe, pero está siempre atento, sobre todo en el silencio, que anticipa el combate. En el silencio, se adiestra en el manejo de la espada y vigila el horizonte, escucha los latidos de su corazón tenso y con miedo. En el silencio, el Guerrero de la Luz hace balance de su vida, si tiene la espada afilada, el corazón satisfecho y la fe incendiándole el alma. Sabe que el mantenimiento es tan importante como la acción. En el silencio, analiza cada estrategia y pregunta: “¿Qué haría yo si tuviera que luchar conmigo mismo?” Así descubre sus puntos flacos.

El Guerrero de la Luz usa tiempo para sí mismo, para el descanso, la contemplación, el contacto con el Alma del Mundo. Mira el mundo como si fuera un espectador y lentamente todo lo que parecía complicado empieza a volverse sencillo.

Mientras medita, el Guerrero de la Luz no es él, sino una centella del Alma del Mundo. Son estos momentos los que le permiten entender su responsabilidad, y actuar de acuerdo con ella. Un Guerrero de la Luz sabe que en el silencio de su corazón existe un orden que lo orienta.

EQUILIBRIO

El Guerrero de la Luz, cuando sufre una injusticia, generalmente procura quedarse sólo, para no mostrar su dolor a los otros. Es un comportamiento malo y bueno al mismo tiempo. Una cosa es dejar que su corazón cure lentamente las propias heridas. Otra cosa es permanecer todo el día en meditación profunda, con miedo a parecer débil.

Ante la dificultad, el demonio alimenta esta conversación solitaria, procurando mostrarnos cuán vulnerables somos; el ángel nos hace reflexionar sobre nuestras actitudes , y a veces necesita manifestarse a través de la boca de alguien. Un Guerrero de la Luz equilibra soledad y dependencia.

El Guerrero de la Luz equilibra rigor y misericordia, la disciplina y la compasión. Dios jamás abandona a sus hijos, pero sus designios son insondables, y Él construye el camino con nuestros propios pasos.

GRATITUD

También los hombres le ayudan, en los momentos en que sus sangres se mezclaron en el campo de batalla; el Guerrero de la Luz no necesita que le recuerden la ayuda de otros, él mismo se acuerda y reparte con ellos la recompensa.

El Guerrero de la Luz sabe que nadie es tonto, y que la vida enseña a todos, aun cuando tarde algún tiempo. Entonces él trata a su prójimo de acuerdo con sus cualidades, y procura mostrar a todos de cuanto es capaz cada uno.
Algunos compañeros comentan: "existen personas ingratas". El guerrero no se deja impresionar por esto. Y continúa estimulando a los otros, porque es una manera de estimularse a sí mismo.

INTUICIÓN

Para hacer realidad nuestros sueños hemos de seguir nuestros presentimientos, zambullidas de
nuestra alma en la Corriente Universal de la Vida donde todo está escrito.

COMPAÑERISMO Y PRUDENCIA

El Guerrero de la Luz no puede luchar sólo, necesita discutir estrategias, pedir ayuda y, en momentos de descanso, tener a alguien a quien contar historias de combate alrededor de la hoguera. “Cuando tú defiendes públicamente tus ideas, debes esforzarte para vivir de acuerdo con ellas; así, acabarás transformándote en lo que dices”. Un Guerrero de la Luz es transe en sus acciones y secreto en sus planes. Un Guerrero de la Luz baila con sus compañeros, pero no transfiere a nadie la responsabilidad de sus pasos.
 

El Guerrero de la Luz sabe que si llega al final de la jornada a un paraíso vacío, su lucha no habrá valido la pena.
El hombre que preserva a sus amigos jamás es dominado por las tempestades de la existencia.
 

Un Guerrero de la Luz no entra en la batalla sin conocer los límites de su aliado
Pero el Guerrero de la Luz también sabe que cada vez que habla de su sueño usa un poco de la energía de ese sueño para expresarse.
 

Cuando el Guerrero de la Luz habla de las actitudes de su hermano, imagina que él está presente, escuchando lo que dice porque sabe que cualquier información puede llegar a los enemigos de esa persona aumentando su carga de veneno y maldad.
 

El Guerrero de la Luz confía en las personas, pero impone sus límites: una cosa es aceptar las señales de Dios, y entender que los ángeles usan la boca de nuestro prójimo para aconsejarnos; otra cosa es ser incapaz de tomar decisiones. Un Guerrero de la Luz confía en los otros porque, en primer lugar, confía en sí mismo.
 

Cuando el Guerrero de la Luz necesita ayuda procura ver cómo sus amigos resuelven o no resuelven sus problemas. Cuando está cansado o solitario, el Guerrero de la Luz busca a quien está a su lado, y comparte su dolor o su necesidad de cariño, con placer y sin culpa. 
El Guerrero de la Luz comparte su mundo con las personas que ama. Procura animarlas a hacer lo que les gustaría pero no se atreven. Un Guerrero de la Luz sabe que tiene defectos, pero sabe también que no puede crecer sólo, distanciándose de sus compañeros.

INOCENCIA Y SENCILLEZ

Los hombres que se juzgan sabios son indecisos a la hora de mandar y rebeldes a la hora de servir; consideran una vergüenza dar órdenes y una deshonra recibirlas.

El Guerrero de la Luz se comporta con inocencia de criatura pero mantiene su contacto con Dios sin perder de vista su misión.

Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado en algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea.

La vida enseña a cada momento y el único secreto es aceptar que sólo aprendiendo de lo cotidiano podemos ser sabios; pero sólo tomamos conocimiento de esto cuando nos vemos forzados a enseñar a otro: Sólo puedes aprender cuando enseñas.

RESPONSABILIDAD

Un Guerrero de la Luz responsable no es el que coloca sobre sus hombros el peso del mundo, sino aquel que aprendió a luchar contra los desafíos del momento, con los que a veces se entretuvo.



PACIENCIA

“Una revolución necesita tiempo para instalarse” (Lanza del Basto).

El Guerrero de la Luz jamás confunde tensión con nerviosismo.

El Guerrero de la Luz reconoce un enemigo más fuerte que él y sabe ser diplomático y paciente: Pronto el enemigo partirá para provocar a otros. Toda la rabia y el coraje de un pájaro son inútiles delante de un gato. El tiempo trabaja a favor del Guerrero de la Luz.

DUDA

Todo hombre tiene derecho a dudar de su tarea y a abandonarla de vez en cuando; lo único que no puede hacer es olvidarla. Quien no duda de sí mismo es indigno, porque confía ciegamente en su capacidad y peca por orgullo. Bendito el que pasa por momentos de indecisión.

ALEGRÍA

El primer camino directo hacia Dios es la oración. El segundo camino directo es la alegría.

PERDÓN

Uno de los soldados de Napoleón cometió un crimen, la historia no cuenta cuál, y fue condenado a muerte.
En la víspera del fusilamiento, la madre del soldado fue a implorar para que la vida de su hijo fuese preservada.
Señora mía, lo que su hijo ha hecho no merece clemencia.
— Lo sé — dijo la madre — Si la mereciera, no sería realmente un perdón.
Perdonar es la capacidad de ir más allá de la venganza o de la justicia.
Al escuchar estas palabras, Napoleón conmutó la pena de muerte por el exilio.

Vivía un monje en las cercanías del templo de Shiva. En la casa de enfrente, vivía una prostituta. Al observar la cantidad de hombres que la visitaban, el monje decidió llamarla:
— Eres una gran pecadora — la reprendió — Le faltas el respeto a Dios todos los días, y todas las noches. ¿Será posible que no puedas detenerte, y reflexionar sobre tu vida después de la muerte?
La pobre mujer quedó muy conmovida con las palabras del monje; con sincero arrepentimiento le oró a Dios, implorando su perdón. También pidió que el Todopoderoso la ayudara a encontrar una nueva manera de ganarse el sustento.
Pero no encontró ningún trabajo diferente. Y después de una semana de pasar hambre, volvió a la prostitución.
Pero, cada vez que le entregaba su cuerpo a un extraño, le rezaba al Señor y le pedía perdón.
 

El monje, irritado porque su consejo no había producido ningún efecto, pensó para sí:
¿A partir de ahora voy a contar cuántos hombres entran en esa casa hasta el día de la muerte de esta pecadora.
Y desde ese día, no hizo otra cosa que no fuera vigilar la rutina de la prostituta: por cada hombre que entraba, colocaba una piedra en una pila.
Pasado algún tiempo, el monje volvió a llamar a la prostituta y le dijo:
— ¿Ves esta pila? Cada piedra representa uno de los pecados mortales que has cometido, aún después de mis advertencias. Y ahora te lo vuelvo a decir: ¡cuidado con las malas acciones!
 

La mujer comenzó a temblar, al darse cuenta cómo se iban acumulando sus pecados. Al volver a su casa, derramó lágrimas de sincero arrepentimiento, orando:
— ¡Oh, Señor!, ¿cuándo tu misericordia me va a librar de esta miserable vida que llevo?
Su plegaria fue escuchada. Ese mismo día, el ángel de la muerte pasó por su casa, y la llevó. Por la voluntad de Dios, el ángel cruzó la calle y también cargó al monje consigo.
El alma de la prostituta subió inmediatamente a los Cielos, mientras que los demonios se llevaron al monje al Infierno. Cuando se cruzaron a mitad de camino, el monje vio lo que estaba ocurriendo, y clamó:
— ¡Oh, Señor! ¿Es ésta tu justicia? ¡Yo, que pasé mi vida en devoción y pobreza, ahora soy llevado al infierno, mientras que esta prostituta, que vivió en constante pecado, está subiendo al cielo!
 

Al escuchar esto, uno de los ángeles respondió:
— Son siempre justos los designios de Dios. Tú creías que el amor de Dios se limitaba a juzgar el comportamiento del prójimo. Mientras que llenabas tu corazón con la impureza del pecado ajeno, esta mujer oraba fervorosamente día y noche. El alma de ella quedó tan liviana después de llorar, que podemos llevarla hasta el Paraíso. Tu alma quedó cargada de piedras, y no podemos hacerla subir hasta lo alto.

DESPRENDIMIENTO

Un joven muy rico fue a ver a un rabino y le pidió consejo para orientar su vida. Este lo condujo hacia la ventana y le preguntó:
— ¿Qué ves a través de los vidrios?
— Veo hombres que van y vienen, y un ciego que pide limosna en la calle.
 

Entonces el rabino le mostró un gran espejo y nuevamente lo interrogó:
— Mira este espejo y dime ahora qué ves.
— Me veo a mí mismo.
— ¡Y ya no ves a los otros! Repara en que la ventana y el espejo están hechos ambos de la misma materia prima, el vidrio: pero en el espejo, porque tiene una fina lámina de plata pegada al vidrio, no ves más que tu persona. Debes compararte a estas dos especies de vidrio. Pobre, veías a los otros y sentías compasión por ellos. Cubierto de plata – rico —, apenas te ves a ti mismo. Sólo valdrás algo cuando tengas el coraje de arrancar el revestimiento de plata que te cubre los ojos y puedas nuevamente ver y amar a los demás.

Tu pantalón tiene dos bolsillos. Escribe en el derecho: "El mundo fue creado sólo para mí". En el izquierdo escribe: "Yo no soy nada más que polvo y ceniza". Divide bien tu dinero entre estos dos lugares.
Cuando veas la miseria y la injusticia, recuerda que el mundo existe solamente para que puedas manifestar tu bondad y usa el dinero del bolsillo derecho. Cuando estés tentado de adquirir cosas que no te hacen la menor falta, recuerda lo que está escrito en el bolsillo izquierdo y piensa varias veces antes de gastarlo. De esta forma el mundo material nunca sofocará al mundo espiritual.

COHERENCIA

Jesús decía: “que tu sí sea un sí, y que tu no sea un no”. Si usted ha asumido una responsabilidad, vaya hasta el final. Mantenga su palabra, porque ella es preciosa.
Cada vez que su palabra es honrada por sus gestos, ella se vuelve más fuerte. Cuando usted dignifica su relación con los otros, dignifica también su relación con usted mismo.
Los que prometen, y no cumplen, viven creándose problemas. Pierden el respeto por sí mismos, se avergüenzan de sus actos. La vida de estas personas consiste en huir; ellas gastan mucha más energía deshonrando la palabra, de la que emplean los honestos para mantener sus compromisos.
Si usted asumió una responsabilidad tonta, que resultará en una pérdida de entusiasmo, tiempo y dinero, no vuelva a repetir esta actitud. Pero, por esta vez, honre su palabra.

HUMILDAD

La humildad de un guerrero no es la misma que la de un hombre servil. El guerrero no inclina su cabeza ante nadie, pero tampoco permite que nadie se incline ante él. El hombre servil, en cambio, se arrodilla ante cualquier persona que considere más poderosa y exige que las personas que están bajo sus órdenes tengan la misma conducta ante él.

AMOR

Un hombre se acercó al filósofo Ramanuja y le pidió:
-¡Muéstreme el camino hacia Dios!
-¿Ya te enamoraste alguna vez de alguien? -preguntó Ramanuja.
-¿Enamorarme? ¿Qué es lo que el gran maestro quiere decir con eso? Me prometí a mí mismo jamás aproximarme a una mujer, huyo de ellas como quien intenta escapar de una enfermedad. Ni siquiera las miro. Cuando pasan, cierro los ojos.
-Procura volver a tu pasado e intenta descubrir si nunca, en toda tu vida, hubo algún momento de pasión que dejase tu cuerpo y espíritu llenos de fuego.
-Vine hasta aquí para aprender a rezar y no para enamorarme de una mujer. Quiero ser guiado hasta Dios y usted insiste en quererme llevar hacia los placeres de este mundo. No entiendo lo que desea enseñarme.
Ramanuja permaneció silencioso algunos minutos y finalmente dijo:
 

-No puedo ayudarte. Sí tú nunca tuviste ninguna experiencia de amor, nunca conseguirás experimentar la paz de una oración. Por lo tanto, regresa a tu ciudad, enamórate, y sólo vuelve a bus-carme cuando tu alma esté llena de momentos felices.
Sólo una persona que entiende el amor puede comprender el significado de la oración. Porque el amor por alguien es una oración dirigida al corazón del universo, una plegaria que Dios colocó en las manos de cada ser humano como un presente divino.

 



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