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Que la gran luz del entendimiento ilumine nuestros cerebros y purifique nuestros corazones , a fin de que en un ambiente de intelectualidad y de perfecta fraternidad , nos entreguemos a buscar los senderos de nuestra propia superación. Eusebio Baños Gómez

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lunes, 27 de febrero de 2012

Libro de las Respiraciones

El Libro de las Respiraciones es el nombre genérico dado una serie de cincuenta papiros descubiertos en Tebas por el egiptólogo Antonio Lebolo entre los años 1818 y 1822 y que posteriormente fueron vendidos a diferentes museos europeos. Tanto en el primer Libro como en el segundo se encuentran una serie de fórmulas, himnos, recetas y consejos para todos los que dejan este mundo y quieren estar preparados para su inminente encuentro con Osiris en el mundo subterráneo. Estos papiros fueron confeccionados entre el final del periodo ptolemaico hasta que Egipto pasó a convertirse en una provincia de Roma en el año 30 a.C.

La autora de la mayoría de los papiros del primer “Libro de las Respiraciones” fué una mujer llamada Heryet, hija de Tapelyet. Tanto en el primer libro como en el segundo hay otros papiros cuyos autores fueron los diferentes escribas a través de los años del último imperio ptolemaico. Además de los papiros también hay algunas estelas de madera cuya autoría se adjudica a Usirur, sacerdote del Templo de Amón en Tebas:

El primer Libro de las Respiraciones es el más completo, además del menos críptico, y el segundo es muy parecido al primero, pero no es igual puesto que mezcla otras fórmulas encontradas en el libro: “De Pasar a Través de las Eternidades”, también del: “Libro de las Puertas” y por último nos encontramos con una recopilación (y algunas variaciones) de todos estos libros en el “Amduat”.

Como ocurre con el “Libro de los Muertos”, se han encontrado numerosas copias de los papiros que componen el primer “Libro de las Respiraciones” en los diferentes sarcófagos, no sólo de los faraones ni de los miembros de la familia real, sino que también se han encontrado papiros en las tumbas de hombres de negocios y gente influyente de la época con un elevado estatus social.Como texto funerario fué adoptado por el resto de ciudadanos y se encontraron algunas copias también en algunas tumbas de Grecia.
El primer Libro de las Respiraciones indica “el trayecto que deben seguir todos aquellos que vienen de las tinieblas……..pasar de cámara a cámara…….. en su viaje nocturno……..hacia la luz”.

En el libro ”Los Textos de las Cámaras Secretas” se explican con detalle todos los pasos a seguir con el fin de alcanzar cuanto antes la salida al Paraíso.

Todos los papiros encontrados en los sarcófagos, como guía a seguir en el mundo de ultratumba, están dirigidos al encuentro con el dios Osiris y a pasar las pruebas que pudieran hacer al fallecido para poder llegar a los Campos Elíseos (el Paraíso) y vivir con los demás dioses para siempre. Si el fallecido no pasaba la prueba del ”peso del corazón” que hacían en el mundo subterráneo pasaría al limbo o muerte eterna.

Los egipcios creían que el alma del hombre era algo totalmente diferente a su cuerpo y que también ambos eran independientes entre sí. Preservar el cuerpo corruptible era su forma de conectar con la vida en el otro mundo y tenían que conservarlo después de morir para asegurarse así la vida eterna. Creían en la existencia eterna del alma y también que sólo tenían que juntarla con el cuerpo para volver a nacer o resucitar, tal y como reza la frase final de algunos himnos dedicados a Osiris: “el alma que vive otra vez”, “el ser que se convierte en niño cada vez”.

Uno de los papiros pertenecientes al mismo libro titulado “La Purificación del Faraón”, es un texto en el que se instruye al Farón en la forma en que tiene que presidir algunas ceremonias en el Templo en las que él debía lavarse por sí mismo, como ceremonia de purificación. Esta ceremonia, así como las de su coronación y los funerales de los miembros de la familia real, debían hacerse en el Templo.

Los textos del “Libro de las Respiraciones” son muy importantes, no sólo por el tiempo en el que fueron escritos, al final del imperio ptolemaico, sino porque son textos que abarcan desde el final de las dinastías hasta el principio de las mismas, es decir: del final al principio. La continuidad que hay entre texto y texto, sin rupturas, es lo que hace estos textos imprescindible a la hora de saber, sin rupturas de tiempo, cuales eran sus ceremonias religiosas.

Si comparamos las descripciones que hay en estos textos sobre el Cielo y el Infierno con otros textos encontrados en las tumbas de los primeros cristianos egipcios (Coptos) de alrededor del siglo VIII de nuestra era, podemos leer en ambos textos casi las mismas palabras sobre el apocalipsis de Enoc o Pedro. Hay muchas similitudes entre los veinte textos de los Coptos egipcios titulados: ”Los Textos de los Sarcófagos” y ”El Libro de las Puertas”, y los textos que encontramos en el “Libro de las Respiraciones”.
La ceremonia funeraria consistía en que un sacerdote leía algunos pasajes del “Libro de las Respiraciones”, el sacerdote se situaba de pie enfrente del sarcófago y justo antes de dejar caer la tapa sobre el difunto, depositaba el Libro debajo de la cabeza del muerto, como si fuera un hipocéfalo. El texto del Libro indica muy claramente que el significado de esta acción era “producir el fuego del Ba en el fallecido”. 

En el “Libro de las Respiraciones” hay indicaciones precisas del lugar donde debe colocarse el hipocéfalo: “….en el lado izquierdo, cerca del corazón…..”, y también: “…….bajo los pies”.

Este texto explica lo que es la renovación de la vida, el nuevo nacimiento, y la resurrección de la carne, lo que para los egipcios significaba “lo primero de todo, respirar”. Los egipcios asociaban, vida, luz y aire con la respiración:

“Porque por la noche la flor de loto cierra sus pétalos y se hunde bajo el agua, al amanecer sale y se abre de nuevo…….”

“Dar la vida y la alegría a través de la nariz, y la felicidad al corazón con el aroma de los más poderosos”………..”viento, aire…….vida”.

El símbolo de la Vida estaba representando por un esófago y los pulmones.

Dar la respiración es dar la vida

“El toro Apis también es dador de vida, como Ptah el Creador…….aquel que pone aire en la nariz de los muertos……….”.

Pero es Ra quien comunica a los fallecidos que ya están en el mundo subterráneo:

“Daré luz a la oscuridad, te daré aire y dejaré que respires……”

A lo que los fallecidos replican:

“Nosotros respiramos cuando le vemos, hasta el Faraón respira cuando le vé……..todos respiramos, contentos……porque Osiris nos ha devuelto a la vida y él respira el aire de Isis, la cual le abanica con sus alas”……….pone aire dentro de mi nariz………es capaz de devolver a otros la vida……..sus gargantas respiran cuando oyen las palabras de Osiris……..Osiris respira, de verdad que Osiris respira, su cuerpo ha rejuvenecido”.

El Ka y el Ba

Si el Ka es la fuerza de la vida, el Ba es su auténtico yo, o la personalidad que tiene lo cual le hace diferenciarse de los demás. El Ba se asocia frecuentemente con el alma puesto que está considerado como parte del ser humano junto con el Ka y el Akh.

El Ka, o cuerpo físico

“mi cuerpo (Ka) es enterrado”.

Los dos brazos alzados simbolizan el Ka del Rey.

El Ka, representado por dos brazos alzados, es uno de los muchos componentes espirituales tanto de los dioses como de los hombre. Ka es la fuerza intelectual y espiritual.

“Hola, padre Osiris, he venido y he embalsamado mi carne para que mi cuerpo no se corrompa…….Estoy entero, tal y como mi padre Khepese estaba entero, y por lo tanto puedo pasar. Ven a mí y dame aliento………… !Oh, dios de la respiración!…… !Oh, tú que eres el más grande, oh, dios de las tumbas!……. mi padre, Osiris, mi carne ha sufrido, pero no se ha corrompido, ………no lo hará…….poseo toda mi carne para siempre jamás, nunca se corromperá……..nunca se desmoronará, ni se marchitará……..ni se pudrirá.”

“Y entonces su “Ka (cuerpo) ha triunfado y puede sentarse en el gran trono al lado de dios. El trono está hecho de hierro y adornado con relieves de leones que tienen pezuñas de toro……..el recién llegado recibe la corona de los dioses……y la compañía de todos los dioses del celestial Annu……..No tiene sed, tampoco tiene hambre, ni está triste……come el pan de Ra y bebe lo que él bebe a diario……….come lo que los dioses comen y vive como ellos viven…….y los dioses le dan su comida para que viva eternamente…….también usa sus ropas…..”.

El “Shau”, o cuerpo espiritual

El cuerpo no permanece en la tumba estático puesto que para los que le rezan, y llevan a cabo las ceremonias funerarias, ese cuerpo está dotado con la fuerza del cambio en “sahu”, o el cuerpo espiritual:

“Yo germino como lo hacen las semillas……..mi carne germina……..Yo existo…….yo vivo……..yo germino…….mi alma vive…….mi cuerpo germina bajo las órdenes de Ra…..”.

La palabra “Sahu” indica que ese cuerpo ha adquirido el grado de “conocimiento, poder y gloria”, lo que le convierte en inmortal e incorruptible. El cuerpo que ha llegado al grado “Sahu” puede reunirse con el alma y con su nueva forma puede ascender al celestial Annu para vivir eternarmente con los dioses junto con el resto de almas de los justos”.

En algunos textos podemos leer lo siguiente:

“Una vez haya sido enterrado en la cámara más profunda, su Ka reza esta oración:

“………los dioses podrían hacer que entrara y saliera de mi tumba, porque sus majestades pueden ver mis sombras, ¿podría beber agua de vuestro pozo cada día?, ¿podría estar todo el día en vuestra compañía?”.

El Ba, o alma (o personalidad)

Para los iniciados, tanto de este mundo como del siguiente…….tanto en el templo como en la tumba, todo es el símbolo del camino de la iniciación………el camino del alma en el otro mundo corresponde a los pasos dados en la tierra por el difunto……..el ritual mortuorio sirve a los iniciados para entrar en una nueva forma de vida………el muerto pide permiso para entrar dentro del santo templo de Heliópolis………”.

bibliografía:
The Book of Breathings – Hugh Nibley, BYU Studies
L’Archéologie égyptienne (1907), -Gaston Maspero Les inscriptions des pyramides - Gaston Maspero
A. De Buck, The Egyptian Coffin Texts (Univ. of Chicago)
The Egyptian Coffin Texts (Univ. of Chicago)
John Rylands University Library, The University of Manchester, U.K.

 Gracias a María de G.

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