QUE NO ENTRE QUIEN NO SEPA GEOMETRÍA: Goethe, decía: Empezar y concluir, Compás, Plomo y Nivel. Todo se entorpece y paraliza en las manos, Si la estrella no ilumina el día. Y abunda en la belleza de las Tres Grandes Luces: el Libro de la Ley, la Escuadra y el Compás. La Biblia, en su caso, es la Luz de la fe; la Escuadra es la Luz que nos conduce moralmente; el Compás es la Luz alrededor, la fraternidad y el servicio al prójimo. Y agrego MAS, “QUE NO ENTRE AQUÍ NADIE QUE SEPA SÓLO GEOMETRÍA"

Bienvenida
Al principio, el aliento de Dios se arremolinaba en el corazón de las tinieblas, y las tinieblas cubrían el abismo. Dios dijo: <Hágase la luz>,y se hizo la luz. Dios vio que la luz era buena, y Dios separó la luz de las tinieblas. Dios llamó a la luz <energía> y a las tinieblas <espacio-tiempo>. Hubo una noche, y hubo una mañana. Ése fue el primer día.
‘Dijo Elokim: Haya luz y hubo luz.’ Génesis 1:3
Que la gran luz del entendimiento ilumine nuestros cerebros y purifique nuestros corazones , a fin de que en un ambiente de intelectualidad y de perfecta fraternidad , nos entreguemos a buscar los senderos de nuestra propia superación. Eusebio Baños Gómez
Página del día
LA LUZ PRESTADA - El Espía de DIOS
miércoles, 7 de julio de 2010
Un día de fiesta...
Naufragios de Domingo
Hay un puñal que hace la piel en trizas.
Hay un incendio que destruye el trigo.
Y un sueño malo viaja por caminos
donde corren los días.
En la curva engañosa de la brisa
un barco se perdió de su destino
y hay extraños naufragios de domingo
en otras avenidas.
Con el ala quebrada
un viejo afecto yace en los alambres
y se muere en las púas de las horas.
Hay que acunar el alma
porque un puñal de adiós rasga la tarde,
porque un fuego de olvido arde en las rosas.
Ronda
Es demasiado tarde para escribir poemas.
Una noche tan alta, tan tardía,
tan medianoche en todos los relojes
que ni los ojos mojan las palabras.
Pero igual vengo
del techo revestido con madera,
de los estantes donde duermen libros,
del sofá con el molde de mi talla,
la luz de la mesilla,
y de dos jarras que compré en Venecia
que corrí a comprar justo cuando partía
rumbo a algún otro puerto
porque el verano había terminado.
Vengo, ya ves, también de las memorias.
Vengo desde los mismos trastes mansos
con su cariz de viejas cosas mías,
su color sepia,
su olor a pino.
Vengo de verso en verso
tanteando la anchura de la noche
hasta tu patio y rondo las ventanas
que por no verte
traigo perros hambrientos en los ojos.
Muelle
Vuelvo al muelle, yo siempre vuelvo al muelle,
mis pasos se pasean por las piedras
y nunca me sorprende que se acuerden
de tus huellas al lado de mis huellas.
Vengo alegre, ligero y siempre alegre,
a pesar del capricho de mis penas.
Hay recuerdos de risas -aunque pese-
y estrellas. A lo lejos hay estrellas.
Vengo por el recuerdo de las horas,
con la espalda vacía sin tus brazos
y las manos carentes de tus manos.
Me arrimo al litoral de las memorias
porque no supe reinventar un cielo
que sea un puerto igual a nuestro puerto.
Gracias a Tania
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