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‘Dijo Elokim: Haya luz y hubo luz.’ Génesis 1:3

Que la gran luz del entendimiento ilumine nuestros cerebros y purifique nuestros corazones , a fin de que en un ambiente de intelectualidad y de perfecta fraternidad , nos entreguemos a buscar los senderos de nuestra propia superación. Eusebio Baños Gómez

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LA LUZ PRESTADA - El Espía de DIOS

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martes, 29 de noviembre de 2011

Mi Amada

  
La distancia dejó hace mucho
de ser un obstáculo para amarnos,
aprendimos a compensar con calidad
los días que no podremos recuperar,
a desnudar y explosionar en una noche
todas las fases de la luna,
a recuperar con cada amanecer
la tentación de alcanzar los nuevos retos,
a saciar sin compasión
nuestra sed de besos y deseos.
 
Hemos buscado encontrar en la voz,
un poco en las palabras y siempre
en un mismo cielo que nos cobija,
la fuerza de los detalles, del ensueño,
el encanto de los sonidos y susurros
provocados en los momentos únicos,
la magia de las sensaciones y
el vendaval de la inspiración
que llega y se desborda contigo
en cada instante compartido.
 
Ambientar por ejemplo un abrazo cálido
y un beso que acaricie tus pestañas en fuga,
tiene el compromiso de hacerte volar,
como cuando juntos reinventamos el tiempo,
delirando con la caricia que llega nueva,
a descubrir paisajes de ensoñación
y manjares exquisitos,
tiene la urgencia de sentir aquellos
te quiero . sin sonido y con tanta fuerza
que soñar pareciera innecesario.
 
Hablarte, escribir o soñarte siempre,
son las armas para enfrentar el tiempo:
impasible y definitivo,
espacio irreducible que angustia,
que pretende corroer la memoria,
más inútil sus esfuerzos,
porque nuestro amor crece incesante, vive
y se nutre aún más con las expectativas
de los días y de cualquier espacio
para agigantarse, porque es eterno. 

Gracias a Miltón 

Amor y Paciencia.

Cuando se sienten sentimientos tan sublimes, siempre hay un lugar inalterable para enaltecer la paciencia.

Siempre he pensado que nada fortalece más al amor verdadero y real que la paciencia.
Es un don que nos da la capacidad de esperar, poder entender y tener esperanzas en el otro.

Las personas viven tan rápido cada día, tan agitadas tratando de competir con ellas mismas que no se
dan cuenta de lo importante que son las pequeñas cosas, bueno digámoslo así , pequeñas porque en realidad
todo lo que tenga que ver con ser más humanos , siempre será noble y de una tremenda grandeza.

Se olvida fácilmente que la velocidad en todo ámbito no nos lleva a nada, a la larga sólo nos puede
producir un enorme choque del cual cuando tal vez nos recuperemos ,ya habremos perdido quizás,
familia, amigos, o hasta al ser que más amamos.

Tener paciencia nos hace enormemente nobles y nos ayuda a mantener la serenidad y la contemplación
cuando vemos que todo se nos torna difícil, cuando nos llegan los fracasos, cuando nos
desilusionamos ante algo que no se nos dio o simplemente cuando todo nos sale mal.

Y por lo mismo nuestra forma de vivir nuestras vidas hace que queramos respuestas más tempranas,
soluciones más rápidas y que tengamos una disposición de todo en una forma más eficaz y competitiva.

Nos impacientamos al no encontrar las respuestas o los resultados en un corto plazo.

Lamentablemente esta filosofía da respuesta a rápidos juicios que muchas veces son causantes
de mucho dolor y en otros casos desesperación para el que no concibe de una vida así,
o bien cuando la ansiedad nos come la vida.

Pero cuando estamos unidos por un sentimiento tan pleno como el amor, no podemos pensar así,
pues las respuestas más importantes llevan de mucho tiempo, de muchas conversaciones,
de muchas esperas, de muchas pausas, de mucha comprensión y por lo mismo estar basado en la esperanza,
en la confianza, en la comunicación y sobre todo libre de apresuramientos y de presiones.

En mi experiencia, he podido observar que muchos problemas que me he generado han sido sombras enormes
y a veces sin mucho asidero por mis mismas ansiedades y por mi impaciencia, pero que si me pongo a pensar
cabalmente , desaparecen cuando vuelve mi paciencia.

Por lo que puedo concluir que todas aquellas personas que realmente aman o aprendieron el valor del amor,
siempre podrán enfrentar los problemas más grandes y los tiempos más difíciles con mucha más alegría
y esperanza que los que no llegaron a conocer de verdad lo que significa Amor.
El premio más grande de la paciencia es el amor duradero.

Gracias a Susana V.C.











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