Bienvenida

‘Dijo Elokim: Haya luz y hubo luz.’ Génesis 1:3

Que la gran luz del entendimiento ilumine nuestros cerebros y purifique nuestros corazones , a fin de que en un ambiente de intelectualidad y de perfecta fraternidad , nos entreguemos a buscar los senderos de nuestra propia superación. Eusebio Baños Gómez

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LA LUZ PRESTADA - El Espía de DIOS

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viernes, 27 de diciembre de 2013

LA CÁBALA y EINSTEIN.

¿Influyó la cábala en la vida y en el pensamiento de Albert Einstein?
Pregunta difícil de contestar.
Trataremos en este escrito de consignar algunas pistas que nos puedan guiar a establecer dicha relación cábala-Einstein.

Todas las religiones han conservado el recuerdo de un libro primitivo escrito en figuras por los sabios de los primeros siglos del mundo, y cuyos símbolos, simplificados y vulgarizados más tarde, han suministrado a la
Escritura sus letras, al Verbo sus caracteres, a la Filosofía oculta sus signos misteriosos y sus partículas.

El libro de la Kábala atribuido a Enoc, el séptimo maestro del mundo, después de Adán, por los hebreos; a Hermes Trismegisto, por los egipcios; a Cadmo, el misterioso fundador de la Villa Santa, por los griegos; era el resumen simbólico de la tradición primitiva, llamada después Kábbala, Kabbalah o Cábala, de una palabra hebrea, que es la equivalente a tradición.

Es de vital importancia dentro de este breve análisis, tratar de definir qué es la Cábala. En primer término, es la interpretación mística del Antiguo Testamento. Su espíritu universal. Es la expresión de la verdad del
Kosmos.

Cadmo, hijo de Agénor, fundador y rey de Tebas, es poso de Harmonía; dio muerte al dragón de Tebas y fue inmortal (Eliphas Levi). Eliphas Levi (Dogma y Ritual de Alta Magia):

La Cábala es la tradición oral de las sagradas escrituras. Sus enseñanzas se transmitían de labio a oído. Es de origen caldeo. Es el más amplio sentido para poder comprender las fuerzas abstracta s universales. En
Cábala no se admite creación, todo es emanación de lo ya existente. TODO ES.

Pero como de lo que se pretende en este escrito es establecer una relación entre la Cábala y Albert Einstein (Ulm, 1879 – Princeton, 1955), nos corresponde hacerla muy brevemente.

En 1921 frente a un amigo, Einstein expresó la siguiente máxima: “Dios no juega a los dados con el Universo”, y formuló la siguiente pregunta:
“¿Vais a decirle a Dios lo que debe hacer?”.
Se especula que el personaje era el físico alemán W erner K. Heisenberg (Wurzburgo, Alemania, 5 de diciembre de 1901 – Múnich, 1 de febrero de 1976) autor de “El principio de incertidumbre”, el cual explica que simultáneamente no puede conocerse la velocidad y posición de un electrón en el átomo.
La relación específica de Einstein con la Cábala lo menciona su biógrafo Abraham Pais (Amsterdam, Holanda, 19 de Mayo de 1918 – Copenhague, Dinamarca, 28 de Julio de 2000), por primera vez, días antes de su fallecimiento, Einstein le había mostrado su despacho privado. Junto a los consabidos tratados de ciencia, se encontraba un ejemplar del “Libro de la Creación”, obra fundamental en los estudios cabalísticos.

A estos señalamientos debemos añadir las enseñanzas de Isaac Luria (Jerusalén 1534- Safed 1572), místico judío del siglo XIV está considerado como el pensador más profundo del misticismo judío de entre los más
grandes y célebres, y el fundador de la escuela cabalística de Safed. quien redefinió la Cábala con enseñanzas acerca de Dios y el objetivo espiritual de la vida humana.

Luria enseñaba una cosmología en tres etapas comenzando con la existencia de Dios como un pleno infinito de la energía, conocida como EINSOF. Los cabalistas reconocen cuatro planos de Manifestación y tres
planos de Inmanifestación o existencia negativa. Al primero de éstos se le da el nombre de “Ein” (Ain), negatividad; al segundo, “Ein soph”, lo ilimitado, y al tercero “Ein Soph Aur” la Luz Ilimitada. De estas últimas se concentra Kether.

Al formalizarse la creación del Universo, la Cábala nos recuerda que “Ein Soph” se concentró en una pequeña área para permitir el espacio del Ragozini.

También conocido como “Sepher Yetzirah o Emanacion es Divinas” o también “Sepher Ietzirah”.

La Kábala Mística (Dion Fortune) mundo material, dentro de este espacio, Dios emitió un rayo de luz
generativa.

Aprendimos que la misión de todos los seres humanos es la de elevar para reconocer “EL” o trascender al “Einsoph” o Luz Infinita en nosotros y en toda la redención de toda la humanidad.

Cuatro siglos después de Luria, Albert Einstein produjo la ecuación:
E=mc²
.
Puesto en palabras comunes, esta ecuación nos enseña que la energía (E) iguala a la masa (m) multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado (c²).
La correspondencia que Einstein estableció entre masa y energía es profunda. Esto nos indica que nuestro universo realmente está hecho de energía pura. Esta idea podemos representarla en la siguiente ecuación:
m=E/C².

Planteada la ecuación nos enseña que la energía dividida por la velocidad de a luz al cuadrado, la masa puede ser medida cuando la energía hizo más lento el CAMINO. Básicamente la masa es la energía atrapada en la calma relativa.
¿Tenía razón Luria cuando señaló que cada partícula de la cual somos hechos, sólo es una cáscara dentro de la cual existe una perla de energía de la divinidad pura?

Einstein confirmó la verdad de la Cábala

Bernardo Kliskberg (nació en Buenos Aires, economista, descendiente de familia judía-polaca) en 1993, publicó un ensayo sobre Einstein que confirma que éste estaba familiarizado con la Cábala.

Helen Dukas, (17 de octubre de 1896 – 10 de Febrero de 1982) secretaria de Einstein, fue coautora del libro: Einstein: Creador y Rebelde, y asumió la co-edición de una nueva versión de la vida de Einstein: Albert Einstein: El lado humano, en el cual introdujo pensamientos y comentarios que el propio Einstein efectuaba acerca de la Cábala.

En la carta que en 1955 dirigió a la viuda del matemático Michelle Besso (25 de Mayo de 1873, Riesbach – 15 de marzo de 1955, Genoa), Einstein escribió: “La separación entre pasado y futuro no es más que una
ilusión”.

Casualmente la invocación de la manifestación “Ain”, negatividad, una de las sephiras situadas en lo más alto del Árbol de la Vida, nos determinan o señalan que: “Todo el poder que fue o será está conmigo aquí y ahora”.

Gracias al Q:.H:. Sisalo W.

                        
 E.B.G. Jacob Uriel Escalera  M.:.M.:. 
 A.·. L.·. MMXIII   Shalom aleijem






lunes, 4 de noviembre de 2013

La Varita Mágica.

La varita Mágica es un objeto con forma de palo que se usa en encantamientos,  hechizos rituales etc. También puede usar se para trazar el círculo, la varita mágica básicamente agita el éter y da potencia a tus hechizos. La varita mágica debe tener un nombre que se le dará mediante un hechizo.

Como preparar una varita mágica
Deben buscar en un monte, bosque o parque, un palo o vara que les atraiga por su forma, la misma debe ser lo mas derecha posible y de unos 33 cm. aproximadamente.
Debe lavarse prolijamente con abundante agua, luego que se realiza la limpieza debes cargarla con tu energía además de decorarla como mas te guste, le puedes adicionar, gemas, plumas, cristales, cintas etc.
 
Ritual del Nombre
Este ritual le dará, mas potencia a tu varita. Debes tomarla y colocarla sobre el altar diciendo:
"Diosa de la luna, esta varita te muestro, alumbra su nombre para que lo intuya solamente yo.
Que así sea!"
Debes concentrarte y en el estado alfa que es cuando estas entre sueños vendrán a tu cabeza las letras del nombre de tu varita y utilizando tus dones o por medio de tu intuición deberás unir esas letras o palabras y darle el nombre.
Luego de esto deberás encender incienso (en granos sobre carboncito) y defumar el lugar, grabar con un punzón el nombre en la varita, una vez que terminas de grabar el nombre debes ungirla frotándola con tus dedos humedecidos en aceite de Olíbano y la pasas sobre el humo del incienso.
Trata de que tu varita no sea tocada por nadie mas que por ti, y si alguien la tocara o crees que tomo malas vibraciones la limpias nuevamente con el aceite.
Cuando uses la varita en tus hechizos llámala siempre por su nombre, si alguien toca tu varita debes limpiarla de nuevo con el aceite y el incienso.

 E.B.G. Jacob Uriel Escalera  M.:.M.:. 

martes, 8 de octubre de 2013

ENSEÑAME GRAN ARQUITECTO....

Enséñame a mí, Gran Arquitecto del Universo, a usar bien del tiempo que me das para trabajar y a emplearlo bien sin perder nada.

Enséñame a mí a sacar provecho de errores pasados sin caer en el escrúpulo que corroe.

Enséñame a mí a prever el plan sin atormentarme, a imaginar la obra sin afligirme, si brota de otro modo.

Enséñame a mí a unir la prisa y la lentitud, la serenidad y el fervor, el celo y la paz.

Ayúdame al principio de la obra, allí dónde soy el más débil.

Ayúdame en el corazón del trabajo que tiene apretado el hilo de la atención. Y sobre todo colma Tú mismo los vacíos de mi obra: Gran Arquitecto del Universo, en todo el trabajo de mis manos deja una gracia de Ti para hablar a otros y un defecto de mí para hablarme a mí mismo.

Guarda en mí la esperanza de la perfección, sin que pierda el corazón.

Guárdame en la impotencia de la perfección, sin que yo me pierda en el orgullo.

Purifica mi mirada: Cuando haga daño, no estando seguro que haya sido malo y cuando haga el bien, no estando seguro que haya sido bueno: Gran Arquitecto del Universo, jamás me dejes olvidar que todo saber es vano, salvo allí dónde existe el trabajo. Y que todo trabajo es vano, salvo allí dónde existe amor. Y que todo amor es hueco si no me vincula a mismo y a otros como a Ti: Gran Arquitecto del Universo, enséñame a rezar con mis manos, mis brazos y con todas mis fuerzas.

Recuérdame que la obra de mis manos te pertenece y que me incumbe devolvértela con generosidad. Que si realizo algo por el solo gusto del provecho, como un fruto olvidado me pudriré en otoño. Que si hago algo por únicamente gustar a otros, como la flor de la hierba me marchitaré por la tarde. Pero si lo ejecuto para el amor de la bondad, quedaré con la bondad. Y el tiempo de hacer el bien en tu gloria, es inmediato.

Amen



E.B.G. Jacob Uriel Escalera  M.:.M.:. 
A.·. L.·. MMXIII
  Shalom aleijem 

jueves, 26 de septiembre de 2013

LA KÁBALA y EL ZOHAR.

¿Porqué estudiarla?.

Al estudiar los textos cabalísticos, una persona común aprende cosas que anteriormente le estaban veladas. Sólo tras adquirir el sexto sentido mediante este estudio, podrá ver y sentir lo que previamente no estaba revelado.

Los Cabalistas no transmiten el conocimiento de la estructura del mundo superior o espiritual sin un motivo válido.

Existe un fenómeno de máxima importancia en sus escritos: Todos tenemos la posibilidad interna de desarrollar este sexto sentido.

Puede suceder que, al acercarse a las materias cabalísticas, uno al principio no comprenda lo que está leyendo.

Para entenderlas correctamente, hay que invocar la llamada "luz circundante", la luz correctora, que muy gradualmente nos mostrará nuestra realidad espiritual.

Los términos "corregir" y "corrección" se utilizan en la Cábala para describir un cambio en el deseo de recibir, esto es, de recibir las cualidades del mundo espiritual y del Creador.

Todos poseemos este sexto sentido, el sentido espiritual aún dormido, conocido como "el punto del corazón".

La luz que eventualmente habrá de llenarlo, este sexto sentido a desarrollar, se encuentra enfrente.
El sexto sentido es también llamado "vasija espiritual" (kli), y sigue existiendo aún sin realidad material. La vasija espiritual de una persona común no se encuentra todavía lo suficientemente desarrollada como para percibir el mundo espiritual.

Si uno estudia adecuadamente los escritos originales de la Cábala, esta luz ilumina el punto del corazón y comienza a desarrollarlo. El punto se agranda, expandiéndose hasta permitir la entrada de la luz circundante. La entrada de la luz en el punto del corazón provoca en uno la percepción espiritual.

Este punto es el alma de la persona.

Nada es posible sin la ayuda de arriba, sin el descenso de la luz circundante que nos ilumine gradualmente el camino. Aunque no reconozcamos dicha luz, existe una conexión directa entre el punto del corazón y la luz que ha de llenarlo, según el plan de arriba.

Estudiar libros de Cábala le permite a uno conectarse con la fuente de la luz, sintiendo poco a poco un deseo de espiritualidad.

Este proceso se conoce como "segula" (remedio).

Rabí Yehuda Ashlag escribió en la Introducción al estudio de las Diez Sefirot:
"En efecto, ¿por qué los Cabalistas ordenaron a todos estudiar Cábala?.

Es grandioso y meritorio divulgar la incomparablemente maravillosa cualidad del estudio de la sabiduría de la Cábala; aunque no entiendan lo que están estudiando, el tremendo deseo de entender despertará las luces que rodean su alma.

Esto significa que todos tienen garantizada la posibilidad de acceder eventualmente a los maravillosos logros que Dios previó para nosotros al planificar la Creación. Quienes no lo logren en esta encarnación, lo harán en otra, hasta que se cumpla la intención del Creador."

Aunque uno no logre esta realización, las luces le están destinadas; las luces circundantes permanecen esperando que prepare su vasija para recibirlas.

Y así cuando alguien, aunque carezca de las vasijas, se compromete con esta sabiduría, invocando los nombres de las luces y las vasijas que le pertenecen y lo esperan, éstas brillarán hasta cierto grado sobre él.

Pero sólo penetrarán en su alma interior cuando sus vasijas estén listas para aceptarlas. La Cábala es el único medio de crear la vasija para recibir la luz del Creador.

La luz que uno recibe cuando se entrega a la sabiduría atrae un encanto celestial, confiriéndole una abundancia de santidad y pureza que lo acerca a la realización.

La Cábala es especial pues permite saborear la espiritualidad ya durante su estudio, haciendo que uno la prefiera al materialismo.

De este modo, uno va depurando su voluntad en la medida de la propia espiritualidad, alejándose de las cosas que antes le atraían, como un adulto que abandona los juegos infantiles.

¿Por qué necesitamos la Cábala? Porque la Cábala nos ha sido entregada como un trampolín para el cambio.

Nos ha sido dada para que podamos conocer al Creador. Estas son las únicas razones por las cuales nos ha sido concedida.

Quien estudie Cábala para auto modificarse y para conocer al Creador, alcanzará el estadio en que comenzará a ver que puede mejorar sin sufrimiento.

POR EL DESPERTAR DE LAS CONCIENCIAS EN LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD Y LA LUZ
DE LA CREACIÓN HACIA EL SENDERO DEL SEÑOR Y CREADOR DE EL PARAÍSO DE LA LUZ EN CADA ARCANO QUE TIENE TODO SER HUMANO, SIN EGOÍSMOS Y POSESIONES INTELECTUALES…

ALQUIMIA CABALISTICA

El estudio de la Kábala hebraica, ha tenido desde la antigüedad una relación directa con la Alquimia, aunque sus conexiones no han sido muy divulgadas, en especial desde la instauración de la Inquisición por los Reyes Católicos, ante el lógico temor de los practicantes de este Arte de ser acusados de judaizantes al publicar sus escritos.

Alquimistas como Nicolás Flamel, tan claros y explícitos al tratar de temas relativos a los judíos hay pocos, cabe tener en cuenta su avanzada edad al terminar sus libros (era octogenario en una época en que la edad media de vida no llegaba a los 40 a os), en el libro de las figuras jeroglíficas reconoce que estos fueron expoliados y que perdieron muchas de sus propiedades mas valiosas, entre ellas el famoso libro de Abraham el Judío, cuyo destino se ignoraba hasta hace pocas fechas.

La tradición ocultista confirma que la Kábala ó KABBALAH fue recibida por Moisés en el Monte Sinaí al recibir las Tablas de la Ley de manos de Dios. Luego fue transmitida a Esdrás.
Los estudiosos de la Kábala son semitas en occidente, (Kábala occidental), y asiáticos (Kábala oriental).
La Kábala está en relación con el antiguo testamento, que los judíos denominan TORAH o Ley.

Por otro lado desde los siglos XII al XVII se utilizó como una experiencia espiritual en la teosofía judía, a la que denominaban Kábala Magna, en ella se recogen dos escalas de perfección: Del hombre hacia Dios, y del hombre hacia las plantas y piedras.
La Kábala tiene una lectura oculta o misteriosa de la Torah, de la que está prohibido variar hasta una coma para que no se pierda su significado oculto.
Todos sus textos están escritos en hebreo y arameo.

La TORAH consta de una parte escrita, que se denomina TORAH visible, y de una tradición oral, que se denomina TORAH invisible.

Sin un buen conocimiento de ambas no hay comprensión de la Kábala.

La manera cristiana de entender la Kábala es considerarla como una palestra entre Dios y el hombre, considerada como la esencia del texto bíblico, existen misterios a los que no puede acceder el hombre.
La manera secreta de entender la Kábala es accesible al que conoce la TORAH, lo que exige conocer y amar a Dios, sin lo cual no será revelada. No se debe confundir con el misticismo.
Consiste en la búsqueda de misterios y revelaciones sobre la vida oculta, incognoscible y abismal de Dios para conocerle íntimamente.

El cabalista logra su finalidad al entrar en el orden perdido que existió antes de que el hombre fuese carnal, y solo se puede aprender por un Maestro, o por revelación directa de Dios.

Los cabalistas, al igual que los alquimistas usan el lenguaje de los símbolos, para guardar el secreto y conservar la tradición. Suelen ser también hermetistas, la correlación con la Alquimia está en la unión de lo CELESTE y lo TERRESTRE, de Dios y el hombre.

Los libros mas importantes de la Kábala son el Sepher Yetzipah, o libro de la creación, el Sepher Abahir y el Sepher Zohar.

La Alquimia, para los que tienen formación cabalistica, entronca directamente con la Kábala, el principal secreto, el conocimiento de las materias y las proporciones de la Amalgama, se puede deducir directamente a partir del nombre de Dios IEWE
(Yod-he-vau-he en hebreo).
Para quien no tenga conocimientos cabalísticos se explican algunas particularidades del alfabeto.

Iod. Es la décima letra del alfabeto sagrado cabalístico, representa por tanto a la cifra 10, y a las letras I, Y y J de nuestro alfabeto.

Indica principio masculino, fecundidad viril, es la vara de Hermes escondida bajo el signo de la fortuna, y en el TAROT se representa por la Rueda de la Fortuna, signo alquímico de la materia solar, que aporta el "Cuerpo" a la Gran Obra.

He. Es la quinta letra del alfabeto sagrado cabalístico, corresponde al n 5, equivale a las letras E y H. Su figura es un pentagrama. Esconde el secreto del mercurio alquímico y del "Alma" de la Obra.

Vau. Es la sexta letra del alfabeto sagrado cabalístico, equivale a las letras F, V y U, representa el numero 6.
Está relacionado con la belleza, el planeta VENUS, su símbolo es el hexagrama, sello de Salomón.
Contiene los 4 elementos.
Esconde el secreto del "Espíritu" de la Obra.

EL ÁRBOL DE LA VIDA
UN UNIVERSO QUE ESTA EN CADA UNO DE NOSOTROS…
CONOCETE A TI MISMO…

HISTORIA

El primer Cabalista que conocemos fue el patriarca Abraham.

El percibió las maravillas de la existencia humana, planteó preguntas acerca del Creador, y los mundos superiores le fueron revelados. Transmitió a las generaciones siguientes el conocimiento adquirido y el método usado para adquirirlo.

La Cábala se transmitió oralmente durante muchos siglos.
Cada Cabalista agregó su experiencia única y su personalidad a este cuerpo de conocimiento acumulado, en los términos de las almas de su generación.

La Cábala se siguió desarrollando después que la Biblia (los 5 libros de Moisés) fue escrita. En el período comprendido entre el Primer Templo y el Segundo (586 a.C. - 515 a.C.), ya se la estudiaba en grupos.
Luego de la destrucción del Segundo Templo (70) y hasta nuestra generación, hubo tres períodos particularmente importantes en el desarrollo de la Cábala, en los que aparecen los más importantes escritos acerca de sus métodos de estudio.

El primer período tuvo lugar durante el siglo III, cuando el libro del Zohar fue escrito por Rabí Shimón Bar Yochai (150 - 230), el "Rashbi", un alumno de ¿???Rabí Akiva (40 - 160). Sólo Rabí Shimón Bar Yochai y otros cuatro sobrevivieron. Tras la matanza de 24.000 discípulos de Rabí Akiva, el Rashbi fue autorizado por Rabí Akiva y Rabí Yehuda Ben Baba a transmitir a las generaciones futuras la Cábala que le habían enseñado.

Tras la captura y encarcelamiento de Rabí Akiva, el Rashbi escapó con su hijo Eliezer.
Vivieron en una cueva durante 13 años.

Salió de la cueva con el Zohar, un método acabado para el estudio de la Cábala y el logro de la espiritualidad. Alcanzó los 125 niveles que un ser humano puede lograr durante su vida en este mundo.

El Zohar nos relata que él y su hijo alcanzaron el nivel denominado
"Eliahu el Profeta", lo cual significa que el propio profeta en persona vino a enseñarles.
El Zohar es uno, escrito en forma de parábolas y en arameo, un idioma que se hablaba en los tiempos bíblicos.

El Zohar nos dice que el arameo es el "reverso del hebreo", el lado oculto del hebreo. Rabí Shimón Bar Yochai no lo escribió él mismo, sino que transmitió la sabiduría y la forma de alcanzarla metódicamente dictando sus contenidos a Rabí Aba. Aba redactó el Zohar de modo que sólo pudieran entenderlo quienes fueran dignos de ello.

El Zohar explica que el desarrollo humano se divide en 6.000 años, durante cuyo transcurso las almas transitan un proceso de desarrollo continuo en cada generación.

Al final del proceso, todas las almas alcanzan la posición de "fin de la corrección", esto es, el nivel más elevado de espiritualidad y completitud.
Rabí Shimon bar Yochai fue uno de los más grandes de su generación. Escribió e interpretó muchos temas Cabalísticos que fueron publicados y son conocidos hasta el día de hoy.

El libro del Zohar, por su parte, desapareció después de ser escrito.
Cuenta la leyenda que los escritos del Zohar permanecieron ocultos en una cueva cerca de Safed en Israel.

Fueron encontrados varios siglos después por residentes árabes de la zona. Un día, un Cabalista de Safed compró pescado en el mercado, descubriendo con sorpresa el valor inconmensurable del papel en el que estaba envuelto.
Inmediatamente se dedicó a comprar a los árabes el resto de las piezas , reuniéndolas en un libro.

Esto sucedió porque está en la naturaleza de las cosas ocultas el que sean descubiertas en el momento oportuno, cuando las almas adecuadas reencarnan e ingresan a nuestro mundo.
De este modo es revelado el Zohar a lo largo del tiempo.
Pequeños grupos de Cabalistas estudiaron estos escritos en secreto. Rabí Moshé de León publicó este libro por primera vez en el siglo XIII en España.

El segundo período es muy importante para la Cábala de nuestra generación.
Es el período del Ari, Rabí Isaac Luria, autor de la transición entre los dos métodos de estudio de la Cábala.

En los escritos del Ari aparece por primera vez el lenguaje puro de la Cábala.
El Ari proclamó el comienzo de un período de estudio abierto y masivo de la Cábala.

El Ari nació en Jerusalem en 1534.Su padre murió siendo él pequeño y su madre lo llevó a Egipto, donde se crió en la casa de su tío.
Durante su vida en Egipto, se mantenía gracias al comercio, pero dedicaba la mayor parte de su tiempo al estudio de la Cábala.

Según la leyenda, pasó siete años aislado en la isla de Roda en el Nilo, estudiando el Zohar, los libros de los primeros Cabalistas y los escritos de otro miembro de su generación, el "Ramak", Rabí Moisés Cordovero.

En 1570 llegó a Safed en Israel. A pesar de su juventud, comenzó inmediatamente a enseñar Cábala.
Su grandeza fue pronto reconocida; todos los sabios de Safed, muy versados en la Toráh revelada y en la oculta, vinieron a estudiar con él, y se volvió famoso. Durante un año y medio, su discípulo Haim Vital volcó al papel las respuestas a muchas de las preguntas que surgían durante sus estudios.

Algunos de estos escritos son escritos del Ari, conocidos por nosotros como "Etz Hahayim" (El Arbol de la Vida), "Sha'ar Hakavanot" (El Portal de las Intenciones), "Sha'ar Hagilgulim" (El Portal de la Reencarnación) y otros. El Ari nos legó un sistema básico para estudiar la Cábala, que sigue vigente hasta el día de hoy.

El Ari murió siendo aún joven, en 1572. Acorde a su última voluntad, sus escritos fueron archivados, para no revelar su doctrina antes de tiempo.
Los grandes Cabalistas suministraron el método y lo enseñaron, pero sabían que su generación era todavía incapaz de apreciar el cambio.

Por ello prefirieron muchas veces esconder o aun quemar sus escritos. Sabemos que Baal Hasulam quemó y destruyó la mayor parte de sus escritos. Resulta significativo que el conocimiento fuera confiado al papel y luego destruido.

Lo que se revela en el mundo material afecta el futuro y será más fácilmente revelado una segunda vez.
Rabí Vital ordenó que ciertas secciones de los escritos del Ari fueran ocultas y enterradas con él. Una parte fue legada a su hijo Maharash Vital, quien la organizó como Las Ocho Puertas.
Mucho después, un grupo de estudiosos encabezados por el nieto de Rabí Vital rescataron de la tumba otra parte de los escritos.

Recién en tiempos del Ari se comenzó a estudiar el Zohar abiertamente en grupos.
A partir de allí, el estudio del Zohar prosperó durante doscientos años.

En el gran período de la Hassidut (1750 - fines del S. XIX) prácticamente todo gran rabino era un Cabalista. Aparecieron Cabalistas principalmente en Polonia, Rusia, Marruecos, Irak, Yemen y otros países. Luego, a comienzos del siglo XX, el interés por la Cábala decayó hasta casi desaparecer por completo.

El tercer período agrega un método adicional a las doctrinas del Ari, redactado en nuestra generación por Rabí Yehuda Ashlag, autor de la interpretación Sulam (escalera) del Zohar y de las enseñanzas del Ari.

Este método resulta particularmente apropiado para las almas de nuestra generación.
Rabí Yehuda Ashlag, conocido como "Baal Hasulam" por su versión Sulam del Zohar, nació en 1885 en Lodz, Polonia. Durante su juventud, absorbió un profundo conocimiento de la ley oral y escrita, siendo luego juez y maestro en Varsovia.

En 1921 emigró a Israel con su familia, ocupando el puesto de rabino de Givat Shaul, en Jerusalém.
Ya estaba inmerso en la redacción de su propia doctrina cuando comenzó a escribir el comentario al Zohar en 1943.

Baal Hasulam terminó de redactar su comentario al Zohar en 1953.
Murió al año siguiente, siendo enterrado en el cementerio de Givat Shaul en Jerusalém.

Le sucedió su hijo mayor, Rabí Baruch Shalom Ashlag, el "Rabash". Sus libros se estructuran según las instrucciones de su padre. Elaboran con elegancia los escritos paternos legados a nuestra generación, facilitando su comprensión.

El Rabash nació en Varsovia en 1907, emigrando a Israel con su padre. Sólo después de su casamiento le permitió éste integrar los selectos grupos de estudio de la sabiduría oculta -la Cábala. Rápidamente se le autorizó dar clase a los principiantes.

Luego de la muerte de su padre, se encargó de seguir enseñando el método especial que había aprendido. A pesar de sus grandes logros, insistió, como su padre, en mantener un modo de vida muy modesto.

A lo largo de su vida trabajó de zapatero remendón, de albañil y de empleado de oficina. Vivía en lo exterior como una persona común, pero dedicaba cada minuto libre al estudio y a la enseñanza de la Cábala.

El Rabash murió en 1991.

Rabí Yehuda Ashlag, el Baal Hasulam, es el líder espiritual adecuado para nuestra generación. Es el único de su generación que escribió un comentario completo y actualizado del Zohar y de los escritos del Ari.

Estos libros y los ensayos de su hijo, Rabí Baruch Ashlag, el Rabash,
son la única fuente a la que podemos acudir para asistirnos en todo progreso ulterior.

Al estudiar sus escritos, estamos estudiando en realidad el Zohar y los escritos del Ari a través de los comentarios más recientes (últimos cincuenta años).

Actúan como cinturón de seguridad para nuestra generación, pues nos permiten estudiar textos antiguos como si hubieran sido escritos ahora, usándolos como trampolín hacia la espiritualidad.

El método del Baal Hasulam sirve para todos. La sulam (escalera) que construyó en sus escritos asegura que ninguno de nosotros deba temer el estudio de la Cábala.

Todo aquél que estudie Cábala durante tres a cinco años accederá a las esferas espirituales, a la realidad total y a la "comprensión divina",
nombre de lo que está arriba (más allá) de nosotros y que aún no percibimos.
Estudiando según los libros de Rabí Yehuda Ashlag, alcanzaremos la auténtica corrección.

El método de estudio apunta a despertar en nosotros el deseo de comprender los mundos superiores.
Aumenta nuestro deseo de conocer nuestras raíces y de conectarnos con ellas. Entonces seremos capaces de mejorar y de auto realizarnos.

Los tres grandes Cabalistas son de una misma alma, que apareció en un tiempo como Rabí Shimón, en una segunda ocasión como el Ari y una tercera vez como Rabí Yehuda Ashlag.
Cada ocasión correspondió al momento oportuno de madurez y merecimiento de cada generación, descendiendo el alma para enseñar el método adecuado.

Las generaciones son cada vez más dignas de descubrir el Zohar.
Lo que fue escrito y oculto por Rabí Shimón Bar Yochai fue descubierto más tarde por la generación de Rabí Moshé de León y luego por la del Ari, quien comenzó a interpretarlo en términos de Cábala.

Estos escritos también fueron archivados y luego parcialmente redescubiertos a su debido tiempo, en tanto que nuestra generación tiene el privilegio de contar con la Sulam, que habilita a cualquiera a estudiar la Cábala y auto corregirse ya.
Vemos que el Zohar le habla a cada generación.
A medida que pasan las generaciones, es más revelado y mejor comprendido. Cada generación abre el libro del Zohar a su modo, según las raíces de su alma.

Significativamente, al mismo tiempo se intenta ocultar los escritos cabalísticos, para que los que sientan la necesidad los busquen y descubran por sí mismos.
Los Cabalistas saben evidentemente que el proceso de cambio requiere dos condiciones:
momento adecuado y madurez del alma.

Somos testigos de un suceso muy interesante, caracterizado por el surgimiento y la señalización de una nueva era en el estudio de la Cábala.

EN HONOR A LOS GRANDES SERES QUE LLEVAN EN LAS ESFERAS DE LA CONCIENCIA Y SUBCONSCIENTE HUMANO EL DESPERTAR A LA VIDA
Y AL AMOR AL ARQUITECTO DEL UNIVERSO…
QUE CADA ÁRBOL DE LA VIDA FLOREZCA EN LUZ VIDA Y AMOR…

CIENCIA y KÁBALA

Todo lo que sabemos acerca de nuestro mundo está basado en estudios humanos. Cada generación estudia nuestro mundo y transmite su conocimiento a la siguiente. De esta forma, cada generación comprende el marco en el que ha de moverse y su posición relativa respecto a las demás generaciones.
En cada era, la humanidad utiliza el mundo circundante.

Lo mismo ocurre en el plano espiritual. Cada generación de Cabalistas, desde Abraham en adelante, estudia y descubre los mundos espirituales.

Al igual que en la investigación científica, transmiten el conocimiento adquirido a las generaciones siguientes.

En este mundo poseemos un sentido general, llamado "deseo de recibir", con cinco receptores (los cinco sentidos).
Cuando alguien sufre una corrección, obtiene el sexto sentido, conocido como " sentido espiritual" , y funciona según estos cinco sentidos.

Los científicos también utilizan sólo sus cinco sentidos. Solemos considerar "objetivo" cualquier instrumento de precisión, de avanzada, técnico, mecánico u otro.

Sin embargo, en última instancia, lo que hay es un ser humano examinando, midiendo y evaluando los resultados de la investigación, con sus cinco sentidos. Obviamente, no puede suministrar una respuesta exacta
y objetiva a lo realizado por los sentidos.
En cambio la Cábala, fuente de toda sabiduría, sí puede hacerlo.

Al comenzar a estudiar la realidad, descubrimos que no podemos estudiar ni comprender lo que está más allá:
ello permanece desconocido y no revelado para nosotros.
Al no poder verla o tocarla o saborearla, nos preguntamos si realmente existe. Sólo los Cabalistas que alcanzan la luz abstracta superior más allá de nuestros sentidos, pueden comprender verdaderamente nuestra auténtica realidad.

Los Cabalistas nos informan que más allá de nuestros sentidos sólo existe la luz abstracta superior, carente de forma, llamada creación".
Imaginen que nos encontramos en medio de un océano, en un mar de luz. Percibimos distintas sensaciones aparentemente incorporadas allí, en la medida que lo permite nuestra capacidad de comprensión.

No oímos lo que acontece fuera.
Lo que llamamos "escuchar" es en realidad la respuesta de nuestros tímpanos a los estímulos externos.
Simplemente sabemos que nuestro tímpano reacciona dentro nuestro.

Lo evaluamos internamente y lo aceptamos como un acontecimiento externo.
No sabemos lo que está realmente sucediendo fuera de nosotros; sólo percibimos la reacción de nuestros sentidos ante ello.

Lo mismo acontece con los demás sentidos: vista, gusto, tacto y olfato.
Nunca podemos salir de nuestra "caja". Lo que sea que afirmemos acerca de los acontecimientos externos es en realidad la imagen que pintamos en nuestro interior.
Esta restricción es imposible de superar.

El estudio de la Cábala puede ayudarnos a ampliar los límites de nuestros sentidos naturales para lograr el sexto sentido, con el cual conoceremos la autentica realidad fuera y dentro nuestro.
Ésta es la verdadera realidad. Mediante ella, podremos experimentar la reacción externa de nuestros sentidos.
Si dirigimos correctamente nuestros cinco sentidos, podremos ver la verdadera imagen de la realidad.
Sólo necesitamos internalizar las características del mundo espiritual.

Es como una radio que sintoniza una determinada longitud de onda. La longitud de onda existe fuera de la radio, que la recibe y reacciona. El ejemplo se aplica a nosotros también. Si tenemos aunque sea una mínima chispa del mundo espiritual, comenzaremos a sentirla en nuestro interior.

A lo largo de su evolución, el Cabalista adquiere más y más características espirituales, conectándose así con todos los niveles del mundo espiritual, todos construidos según el mismo principio.
El estudiante de Cábala comprende, percibe, evalúa y trabaja con todas las realidades, tanto materiales como espirituales, sin diferenciarlas.

Alcanza el mundo espiritual mientras se encuentra inserto en este mundo.

Percibe ambos mundos sin fronteras divisorias entre ellos.

Sólo quien experimente esta verdadera realidad puede ver las razones de lo que le acontece aquí. Entiende las consecuencias de sus actos.
Por primera vez se torna verdaderamente práctico, viviendo y percibiendo todo y sabiendo qué hacer consigo mismo y con su vida.

Antes no podía saber para qué nació, quién es y cuáles son las consecuencias de sus actos.
Todo se insertaba en los límites del mundo material, y lo abandona en el mismo estado que ingresó.

Entretanto, nos encontramos todos en el nivel llamado "este mundo".
Nuestros sentidos están igualmente limitados; por ello vemos todos la misma imagen.
Baal Hasulam escribe:
"Todos los mundos superiores e inferiores están incluidos en el hombre."
Esta frase es clave para quien se interesa en la sabiduría de la Cábala
y en vivir la realidad circundante.
Esta realidad incluye los mundos superiores y este mundo; juntos, forman parte del ser humano.

Ahora comprendemos el mundo mediante elementos materiales o físicos.
Al estudiar, agregaremos elementos adicionales, que nos permitirán descubrir cosas que hoy no podemos ver.

Nuestro nivel es muy bajo, pues estamos ubicados en diagonal opuesta al nivel del Creador.
Comenzamos a elevarnos a partir de este nivel al corregir el deseo.
Entonces descubrimos otra realidad circundante, aunque en realidad no cambió nada. Cambiamos nosotros en nuestro interior y en consecuencia nos volvemos conscientes de los otros elementos que nos rodean.

Más tarde, estos elementos desaparecen y percibimos que todo se debe exclusivamente al Creador, al Todopoderoso. Los elementos que comenzamos a descubrir gradualmente se denominan "mundos".

No debemos imaginar la realidad espiritual, sino percibirla.
Imaginarla nos aleja de su alcance.
Los Cabalistas alcanzan los mundos superiores a través de sus sentidos, así como nosotros alcanzamos el mundo material.
Los mundos se interponen entre nosotros y el Creador, ocultándolo de nosotros.
Como dice Baal Hasulam, es como si nos filtraran la luz.

Vemos la realidad circundante distorsionada.
De hecho, podemos decir que no hay nada entre nosotros y el Creador.

Estas interferencias, los mundos entre nosotros, Lo ocultan de nosotros.
Son máscaras colocadas sobre nuestros sentidos.
No Lo vemos en su verdadera forma; vemos sólo elementos fracturados.
En hebreo, el origen del término "olam" (mundo) es "alama" (ocultar).
Parte de la luz se transmite, parte se oculta.
Cuanto más elevado es el mundo, menos oculta.

Los habitantes de este mundo pintan diversas imágenes de la realidad.
La lógica dictamina que la realidad debiera ser uniforme para todos.
Sin embargo, uno escucha una cosa, otro otra; éste ve una cosa, aquél otra.

Baal Hasulam lo ilustra mediante el ejemplo de la electricidad:
en nuestros hogares hay tomacorrientes que contienen energía abstracta que enfría, calienta y crea vacío o presión según la especificación del artefacto que se le conecta.
Pero la energía no tiene forma propia:
es abstracta. El artefacto revela el potencial de la electricidad.

Podemos decir lo mismo de la luz superior, el Creador sin forma.
Cada uno percibe al Creador según su nivel de corrección.
Al iniciar su estudio, es posible que uno perciba sólo su propia realidad y ninguna fuerza superior.

Gradualmente irá descubriendo, mediante el uso de sus sentidos, la verdadera realidad expandida.
Al avanzar, si corrige todos sus sentidos según la luz circundante, no habrá ninguna separación entre él y la luz, entre el hombre y el Creador, como si no hubiera ninguna diferencia entre sus características.
Uno logra entonces la santidad, el nivel más elevado de espiritualidad.

¿Cómo podrá un principiante dominar esta ciencia si ni siquiera puede comprender a su maestro como corresponde?

La respuesta es muy simple.

Ello sólo es posible elevándonos espiritualmente por encima de este mundo.
Para ello debemos liberarnos de todo rastro de egoísmo material y considerar el logro de los valores espirituales como nuestro único objetivo. Anhelo y pasión sólo por lo espiritual en nuestro mundo ésta es la llave para el mundo superior.

POR EL DESPERTAR DE LOS SENDEROS EN EL UNIVERSO
DE CADA SER HUMANO A TRAVÉS DE LA CABALA,
EL ÁRBOL DE LA VIDA DE LA LUZ DEL PADRE DE LA CREACIÓN…

LA KÁBALA HERMÉTICA.

En la antigua literatura judaica, la Cábala o "Tradición" (Qabbalah) era el cuerpo total de la doctrina religiosa recibida a excepción del Pentateuco.

A partir del siglo X d.C. se consideró a la Cábala como ciencia secreta, misteriosa y teosófica, destinada a explicar, siempre con lenguaje críptico, la Creación del Universo por el Ser definido como "Uno y Absoluto". Algunos cabalistas, como Pico Mirandola, Reuchlin y Schikard, recogen la antigua tradición según la cual la Cábala deriva de la inspiración que Dios insufló sobre Adán, Abraham, Moisés, Esdrás y todos los que constituyen el círculo místico de los últimos Profetas.

Según el Cronicón de Christiano Adricomio Delfo, Moisés fue el primero en recibir el mensaje de Dios desde una faceta mística e intelectual.
El acontecimiento tuvo lugar en el 2.453 a.C, en la cumbre del monte Sinaí.
En aquel lugar le esperaba Dios en el interior de una nube, con el único fin de instruirle en la Ciencia de las Ciencias.
Allí, le enseñó un modelo de cómo construir el Templo, el Tabernáculo, el Arca, los Altares, la Mesa, el Candelabro y cuantas cosas pertenecieran al Templo.
De ahí procede el concepto de que las formas y proporciones del Templo son inspiradas por Dios, que llega, incluso, a proponer el nombre de los artistas o maestros de la Magna Obra: Befeleel y Ooliab.

ÁRBOL SEPHIROTICO (ARBOL DE LA VIDA)

No hay que olvidar que, para la Ciencia de la Tradición, los nombres encierran en sí un poder, abarcando, al mismo tiempo, las leyes secretas y el orden armónico, que son las premisas conceptuales que permiten la construcción del templo arquetipo o divino, receptáculo de la Presencia de Dios sobre la Tierra. La Cábala Esotérica del siglo XII, en su doble vertiente mística y profética, busca así en cada letra de la Torah ese signo de conocimiento que lleve al elegido por el camino del saber total.

El Templo-Tabernáculo fue, pues, un edificio perfecto, diseñado por Dios mismo, el cual, actuando como Sumo Arquitecto, reproduce la estructura armónica que rige el Universo. Es un don del Creador, que es la imagen del orden y de la Perfección, símbolo del "'Plan de Universo".

El Orden genera la perfecta adecuación de las esferas en el Árbol Cabalístico. Se trata, en otras palabras, del "Arte del Creador" del que nos habla San Agustín.

Siguiendo el pensamiento Esotérico el hombre es la imagen de Dios. De todo ello, los teóricos deducían que el Templo de Dios debía ser construido a imagen de Dios; y como Dios es sabiduría, era preciso que la obra fuera proyectada con sabiduría e inteligencia, buscando la Belleza en la armonía y en la proporción.

Para la Cábala, del equilibrio entre el orden y la proporción nace "Tipheret", la Belleza, que es la expresión más sublime de los atributos morales.

El Trono del Dios Creador, YHVH ELOHIM), vértice de la tríada que representa el Adam Kadmon de la Cábala hebráica.

Sólo a través del nueve (Jesod) es posible sublimar el alma y retomar la tríada que simboliza el Mundo Intelectual y así alcanzar, por mediación de "Daat"
(donde reside el Espíritu Santo o "Ruah ha-Kadosh"),
la Corona ("Kether", el número Uno o unión con Dios),
cuyo fundamento es la Sabiduría y la Inteligencia.

Hecha ya esta pequeña reseña a modo de introducción en los conceptos esotéricos utilizados por los Maestros, se ha pretendido con el presente artículo acercar al lector al mensaje cabalístico que se oculta en toda obra simbólica.

Esperemos haya despertado un interés didáctico de una visión de las cosas a la luz del misticismo de la Tradición o Cábala. Aquí, se dan algunas claves para la interpretación del Simbolismo Hermético, dejando al lector el conocimiento necesario para que experimente con su propia iniciativa y razón las próximas enseñanzas de Cábala que le haremos llegar, para ser descifrada con el conocimiento de nuestro Ser Interior Profundo.

LOS SENDEROS

Hay veintidós senderos que unen a las esferas entre ellas, por lo que es posible pasar gradualmente de una a otra.


Cada sendero lleva una letra del alfabeto hebreo con sus respectivos valores numéricos de innumerables interpretaciones visibles y ocultas, a su vez esta representado en ellos los 22 arcanos mayores del Tarot, un verdadero Cabalista debe conocer los Universos de cada lamina, también tenemos los 56 arcanos menores distribuidos en las 10 esferas, que representan los cuatro elementos de la naturaleza, los cuatro mundos, los cuatro puntos cardinales, los cuatros cuerpos físico, mental, emocional y etérico, la numerología, gematria y así sucesivamente....un mundo universal... a descubrir por el verdadero buscador...

Tenemos senderos desde Kether a malkuth:

El sendero que parte en Malkuth y lleva a Yezod tiene la letra Thau. Es el sendero difícil que exige al discípulo que vaya más allá de todas las ilusiones. Muy en lo alto, el sendero que tiene la letra Aleph une a Kether con Chokmah.

Aleph es el sendero de Dios que desciende para encarnarse en la materia, es el sendero del hombre que quiere elevarse para acercarse a Dios.

Muy pocos Iniciados han logrado recorrer los veintidós senderos hasta el Aleph, que representa la plena realización.

Aleph es el sendero de Dios que desciende para encarnarse en la materia.

E.B.G. Jacob Uriel Escalera  M.:.M.:. 
                      A.·. L.·. MMXIII
  Shalom aleijem

viernes, 12 de julio de 2013

Las siete leyes de los hijos de Noé

Asesinato


 
El mandamiento que prohibe el asesinato fue explícitamente establecido por Dios ante Noaj: "Quien quiera que derramare sangre de hombre, por hombre será su sangre derramada, porque El hizo al hombre a Su imagen" (Génesis 9:6)

Blasfemia


 
Blasfemia es el acto de maldecir al Creador. Es un acto tan atroz que el Talmud, para referirse a la blasfemia, utiliza el término eufemístico "bendecir a Dios", para evitar directamente expresar la idea de maldecir a Dios, el Padre de todo.

Cortes de Justicia


Los hijos de Noaj tienen como mandamiento el establecer cortes de ley que velen por la justicia y mantengan tanto la rectitud como la moralidad humanas en conformidad con las Siete Leyes Universales,

Idolatría  


 
La esencia de las Siete Leyes Universales es la prohibición en contra de la idolatría. Aque que reverencia a una deidad, distinta al Creador, niega el fundamento de la religión, y rechaza la completitud de las Siete Leyes Universales

Miembro de un animal


 
Hay alguna discusión respecto a si la prohibición de comer el miembro de un animal vivo fue (o no) entregada originalmente a Adán, el primer hombre. Una opinión establece que estaba incluida en el mandamiento que prohibía comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y el mal.

Relaciones Sexuales


 
Está escrito, "Por tanto dejará un hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa y serán una carne" (Génesis 2:24). De acuerdo al Espíritu (de Santidad) manifiesto en este verso, se instruye a la humanidad en lo concerniente a relaciones prohibidas

Robo


 
De todas las prohibiciones presentes en el marco de las Siete Leyes Universales, la concerniente al robo es quizás la más difícil de obedecer u observar. La Psicología y la Historia Humana concuerdan plenamente con la afirmación talmúdica de que, "en el interior del hombre hay un impulso hacia el incesto y robo".

E.B.G. Jacob Uriel Escalera  M.:.M.:. 
A.·. L.·. MMXIII
  Shalom aleijem

lunes, 8 de julio de 2013

EL RETEJADOR....

Desarrollo
“El Ser no se manifiesta sino por la acción: no trabajar equivale a no ser: también lo que es se encuentra en perpetuo trabajo. Nada está inerte o muerto, todo vive, los minerales y los cuerpos celestes, así como los vegetales y los animales”.

(El Libro del Compañero, p. 104).

Como ya dijimos en otra parte (Contreras 2003, El Símbolo) respecto de las particularidades del simbolismo masónico, podemos establecer una clasificación entre símbolos visuales y gráficos, gestuales y ritos y sonoros y vocales . Dentro de los primeros, hallamos todos aquellos referidos a la Geometría y al Arte constructivo; en los segundos, se hallan los ritos que son "una serie de gestos y posturas corporales que 'fijan' en el plano psicosomático del ser la energía-fuerza que precisamente el símbolo geométrico vehicula" (González et al. 1985-1988); mientras que en los últimos, encontramos las palabras sagradas y las palabras de paso, así como las leyendas iniciáticas. En este ensayo trataremos de los dos últimos, agregando, además, dentro del grupo de símbolos gestuales que éstos se hallan referidos al corazón y al número 5.

En el primer grupo, tenemos la batería del grado, la posición al orden, el toque y la marcha, como ya dijimos, símbolos referidos al corazón y al número 5. La batería, aparte de su acompasamiento y solemnidad ritual, constituye uno de los signos del grado, dedicado a comunicar al Guarda Templo la calidad iniciática de quien solicita ser admitido en los trabajos, por medio de aquellos 5 golpes que se dan a la entrada del templo. Del mismo modo, la marcha del grado se encuentra en este mismo conjunto de símbolos: los 3 pasos del A\ y los 2 siguientes del Com\, hacia el Sur, para avanzar a la columna de M\ y recibir allí más luz, yendo al encuentro de nuevas disciplinas con las cuales adentrarse en la búsqueda de la Verdad, haciendo un esfuerzo consciente, luego, para retornar a la línea primigenia, lo que ocurre con el quinto paso, el cual corresponde, precisamente, al número sagrado, al símbolo del Centro, del Sol naciente y del movimiento, y con este paso el Com\ queda “situado” en su lugar de trabajo y en la posición correcta. Señala respecto de la marcha, Ortega (1980:105) que: “Los ecos de sus Pasos resuenan como los Golpes misteriosos de la Batería. De esta manera anuncia a los Hermanos de las Columnas que es un Iniciado en el Segundo Grado y que conoce el número 5”.

En cuanto al Toque, éste contempla 2 fases e indica la relación con el número 5 que es, como dijimos, el número del centro y del corazón, ya que se efectúa precisamente en el dedo cordial. Debe recordar al Com\ su edad, o mejor dicho, sus edades, ya que el Com\M\ tiene 5 edades: la cronológica (años de vida), la fisiológica (desarrollo físico), la intelectual (desarrollo mental), la masónica (número de años que ha permanecido en la Institución) y la mística o simbólica (representada por el Número Sagrado).

Tal vez la mayor interrogante para un reciente Com\– al menos eso me ha sucedido en lo personal – se refiere al simbolismo que encierra la posición al orden del grado, aún a pesar de las explicaciones que se dan en el momento de la ceremonia de aumento de salario. En una breve referencia, Adoum (2002:25) señala lo siguiente:

El poner la mano derecha sobre el corazón, órgano de Vida y Altar de Dios, significa “Prometo, como Dios Hombre o Hijo de Dios, y reafirmo mi promesa de cooperar en la obra del G.A.D.U.”. La mano izquierda abierta y levantada forma la Estrella de Cinco Puntas, que es el símbolo del hombre triunfante en sus pruebas.

Básicamente, seguiremos esta línea argumentativa, analizando el porqué de la relevancia del corazón y de su conexión con el número 5, como forma de explicar todos los símbolos pertenecientes a este grupo.

Partimos señalando que el corazón, como ya muchos sabrán, no es una representación de lo sentimental, como se le hace parecer contemporáneamente, sino que constituye el centro del ser, elemento que se halla presente en las más diversas tradiciones. Este hecho permite que, esotéricamente, este órgano se constituya como el receptor de las ‘emanaciones celestes’ que vivifican al ser en su totalidad; de allí que se le considere como el punto de establecimiento del principio divino del hombre, esto es, el espíritu universal o “quintaesencia” que permite alcanzar al ser humano el resplandor del Logos, disipando la oscuridad de los instintos. Desde ese momento, disipadas las tinieblas que reinaban en su interior, brilla la estrella flamígera.

Guénon (1949), refiriéndose a la instancia “etérea” del corazón, cita el siguiente texto: “En esa residencia de Brahma (es decir, en el centro vital de que tratamos) hay un pequeño loto, una morada en la cual está una pequeña cavidad (dáhara) ocupada por el Éter (Âkâça); ha de buscarse lo que hay en ese lugar, y se lo conocerá”. A esta morada se le conoce, también, como el centro de la cruz elemental –“cavidad del corazón” – , símbolo de todo lo manifestado, por cuanto aquí vemos representados a los cuatro elementos, dispuestos formando parejas, en cada extremo de esta cruz, según la disposición aristotélica de sus características fundamentales; en el centro, la quinta essentia, el quinto elemento o Éter que es, como dice Guénon, “primero en el orden de desarrollo de la manifestación, pero último en el orden inverso que es el de la reabsorción o del retorno a la homogeneidad primordial”. Esta quintaesencia es representada, habitualmente, como una rosa de cinco pétalos en el centro de la cruz, equivalente al loto de las tradiciones orientales. Si ya vamos vislumbrando algunas semejanzas, podremos apreciar que este simbolismo se corresponde con nuestro pentagrama pitagórico de la estrella flamígera, cuyo centro es, precisamente, el hombre, desde donde se irradia toda su capacidad e inteligencia.


Precisamente, desde aquí conectamos, brevemente, con la relación numérica: el 5 es, por una parte, el eje de los primeros nueve números; por otro lado, es la unidad que se formaliza en el centro del cuadrado y de la cruz (cfr. González 1985-1988).




Esta unidad cumple la función de síntesis. En nuestra simbología dicho número se ve representado por la mano en el corazón y, además, por la mano en la sien izquierda. Demás está decir aquí la coincidencia que esto tiene con la piedra piramidal. Asimismo, como ya se ha deducido, el 5 se representa geométricamente por el pentagrama, al cual hemos hecho alusión anteriormente. Del mismo modo, debemos recordar que el Com\M\ debe efectuar cinco viajes misteriosos, con diversos instrumentos que representarán sus características: el primero, con mazo y cincel (voluntad e inteligencia); el segundo, con regla y compás (lo absoluto y lo relativo); el tercero, con la palanca (voluntad inquebrantable, inteligente y desinteresada); el cuarto, con regla y escuadra (rectitud y perfeccionamiento) y el quinto, con las manos vacías (intelectualización iniciática).

En la P\ al O\ de Com\, por ejemplo, si la mano a la altura de la sien izquierda representa el pentagrama que nos indica el número esencial del grado, no es menos cierto que la mano en el corazón nos deja entrever lo que será el anhelo propio del Com\. En la ejecución del signo, la mano se proyecta desde el corazón que irradia, hacia el exterior que recibe las luces de la inteligencia, por medio de la quintaesencia, o mejor, de la actividad benéfica del ser humano, producto de la transmutación alquímica de los elementos, la cual se realiza en el athanor que constituye el propio hombre. No es un proceso externo ni que involucre elementos materiales en sí, es la naturaleza del propio individuo la que, mediante diversos trabajos y purificaciones, debe dar paso al “oro” de los alquimistas.

Esta irradiación del corazón y su lugar central, en todas las tradiciones antiguas, decía relación con el Sol. No por nada al Sol se le llama “corazón del cielo”. Así, Proclo (cit. en Guénon 1946) señala: “Ocupando por sobre el éter el trono del medio, y teniendo por figura un círculo deslumbrante que es el Corazón del Mundo, tú colmas todo de una providencia apta para despertar la inteligencia”. Esta última corresponde a la inteligencia pura, universal, trascendente, no a la razón que se asimila con el cerebro, y sobre la cual ya haremos alusión. Este corazón irradia tanto calor como luz, lo que lleva a Guénon (1946) a decir que:



si el “hálito” está allí referido a la luz, se debe a que es propiamente el símbolo del espíritu, esencialmente idéntico a la inteligencia; en cuanto a la sangre, es evidentemente el vehículo del “calor vivificante”, lo que se refiere más en particular al papel “vital” del principio que es centro del ser. /.../ Por otra parte, cabe observar que la irradiación, incluso cuando están reunidos los dos aspectos, parece sugerir, de modo general, una preponderancia reconocida al aspecto luminoso; esta interpretación se ve confirmada por el hecho de que las representaciones del corazón irradiante, con distinción o no de ambas clases de rayos, son las más antiguas, pues datan en su mayoría de épocas en que la inteligencia estaba aún referida tradicionalmente al corazón

Inteligencia y razonamiento es lo que distingue al ser humano de otros seres biológicamente similares; maravillosa síntesis representada en el simbolismo de la posición al orden del grado de Com\, puesto que es el hombre, en su acción conjunta con los elementos, es el que ejecuta el trabajo interior que lo llevará a irradiar sus luces a la sociedad, pues, como dice el texto bíblico (Mateo 5, 14:16):

Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse ciudad asentada sobre un monte, ni se enciende una lámpara y se la pone bajo el celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a cuantos hay en la casa. Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres, para que, viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos.

No por nada los masones se consideran “hijos de la luz”. Ahora bien, ¿cómo se conecta la inteligencia y el razonamiento en la posición al orden del grado? Dijimos que con la acción del hombre, quien es representado por la mano derecha en el corazón, con sus cinco dedos abiertos – en esta caso en forma de garra – y con la mano izquierda en posición a la altura de la sien izquierda. Es la conexión, además, de dos chakras esenciales del ser humano, considerando que el último, el que reside en la cabeza, representa precisamente la conexión con la divinidad, simbolizada mediante la flor de loto.

En todo caso, Darel (cit. en Guénon 1927) señala que: “El cerebro, instrumento del pensamiento encerrado en el mundo, y transformador, para uso del hombre y del mundo, de ese pensamiento latente, hace a éste realizable por intermedio suyo. Pero solo el corazón, por un aspir y un expir secreto, permite al hombre, permaneciendo unido a su Dios, ser pensamiento vivo.”.

Como quiera que sea, sólo en un ser humano “desintegrado” puede considerarse ambos puntos como una dualidad, una oposición o como términos antagónicos de una relación, lo cual pasa, en todo caso, por un cierto carácter adámico de la explicación de la génesis humana. Con todo, debemos dejar en claro que, de todas maneras, el aspecto involucrado aquí es de subordinación, no de complementariedad. Para aclarar algo más este concepto, convengamos en que el corazón se representa por medio del sol y, el cerebro, a través de la luna (como ya vislumbramos en el Oriente de la Lo\, en el sitial del V\M\). Si proyectamos las características de estos cuerpos celestes, podemos apreciar que el sol es fuente de luz, mientras que la luna refleja aquella luz solar, esto es, desde el punto de vista de la irradiación luminosa, la luna existe en función del sol. El mismo principio alquímico es válido para la relación que pretendemos establecer, esto es, entre la intgeligencia intuitiva y la discursiva o racional. No por nada, también, la actividad del pensamiento es una reflexión, es decir, un proceso de transmisión o tranformación, a manera del reflejo que produce un espejo.

El mismo Tomás de Aquino nos recuerda en De Veritate (quaestio 15, arg. 1) que: “Intellectus enim simplicem et absolutam cognitionem designare videtur. /.../ Ratio vero discursum quemdam designat, quo ex uno in aliud cognoscendum anima humana pertingit vel pervenit” (El intelecto parece designar un conocimiento simple y absoluto. /.../ La Razón designa un discurrir por el cual el alma humana llega a conocer una cosa a partir de otra”.).

En cuanto al otro grupo de símbolos, los sonoros y vocales, se halla constituido por las palabras sagradas y las palabras de paso. Las primeras dicen relación con la "búsqueda de la Palabra perdida", que constituye la armonía del ser en la unidad trascendental, el Verbo creador de los orígenes, con lo cual su articulación sonora tiene una finalidad similar a la de los mantras. En tanto, las segundas, se refieren más bien a una interioridad hermética que es develada y permite la apertura de un espacio y tiempo interior sagrado y cualitativo, vinculado al principio valorativo de los números y de la ciencia de los nombres. En el caso del Com\, éstas son J\ y shi\, respectivamente.

J\ hace alusión a una de las columnas del Templo de Salomón, y significa estabilidad, pero más lejanamente en el tiempo, y representando este mismo principio, la hallamos como símbolo de uno de los reinos egipcios, de cuya unión surgía el establecimiento, esto es, la unidad en un solo Reino del Alto y Bajo Egipto. Cada una de las columnas sagradas se hallaba instalada en la sede de los respectivos reinados y se proyectaban en el espacio sagrado para “constituir” la base de asentamiento de todo el sistema. Ese mismo significado nos fue legado a través de las columnas del místico Templo y es por ello que las consideramos como representación de los límites del mundo creado, del mundo profano.

Según el Catecismo del Grado, el Com\ inicia la secuencia de la Palabra Sagrada, ya que, a diferencia del A\, está en condiciones de dar antes que de recibir, por cuanto ha mostrado pruebas suficientes de su iniciativa intelectual.

Shi\, en tanto, se ha traducido como “numerosos como las espigas de trigo”, en referencia a los Mas\ esparcidos por la faz de la tierra. Pero en su sentido alegórico, simbólico, nos recuerda los más profundos misterios de la Madre Tierra y de nuestra procedencia de sus entrañas: el grano de trigo que es el A\ ha madurado y es hora que comience a dar sus frutos. No es casual que en este símbolo se encuentre representado uno de los aspectos más fundamentales de todo ciclo: el del nacimiento, muerte y resurgimiento, ya que el grano de trigo, para dar paso a la espiga fecunda, amarilla y abundante, debe primero visitar el interior de la tierra y, tras su muerte – tras nuestra muerte alquímica, expresada por el acróstico VITRIOL (Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies Occultum Lapidem) – recién se verán sus verdaderos frutos.

El Com\M\ debe, con esta maduración en los misterios del grado, ser capaz de proyectarse hacia el exterior y entregar la fecundidad de la espiga a quienes de ella necesiten. No está demás recordar aquí que, en la tradición egipcia, la espiga de trigo era el símbolo de Osiris y representaba su muerte y resurrección.

¿Tiene algún sentido vincular J\ y Shi\ como las palabras del grado? Al parecer, al menos desde la óptica de este análisis, debieran tener una significado más que profundo y, por lo tanto, poco perceptible. Me atrevo a sugerir algunas ideas al respecto, en el entendido de que sólo sigo por la vía de la especulación simbólica.

El reino vegetal, por su propia naturaleza, se halla más fuertemente vinculado al fluir de los ritmos y ciclos cósmicos, tal como dice González et al. (1985-1988): “reflejados en la renovación periódica y anual de las plantas, en la regeneración de la potencia fértil y fecunda de su savia, propiciando de esta manera la alimentación y el sustento necesario a hombres y animales.”

En este sentido, la simbólica de las espigas de trigo participa del principio de las leyes universales de correspondencia y analogía – armonía, en suma – entre lo terrestre y lo celeste, entre el orden de lo visible y de lo invisible. El proceso que experimenta se manifiesta como una combinación entre las fuerzas telúricas y cósmicas, entre las energías activas y pasivas, masculinas y femeninas, para re-crear el principio armónico, el mismo que encontramos como indicio en la columna J\, ya que la unión de la estabilidad con la fuerza permiten el asentamiento o establecimiento de las energías motrices.

Particularmente, el trigo, además, viene a representar a la substancia y esencia reunidad en el Hombre Universal, el iniciado o neófito (el “nuevo nacido” o “nueva planta”) quien, como bien pone de relieve González (1985-1988) es:

comparado a una semilla o germen que ha de "morir" en el interior de la tierra para renacer al mundo de arriba y de la luz, que es su verdadero origen, pues al contrario que el vegetal el hombre tiene sus "raíces" en el Cielo, tal y como nos relata Platón en el Timeo cuando dice que "el hombre es una planta celeste, lo que significa que es como un árbol invertido, cuyas raíces tienden hacia el cielo, y las ramas hacia abajo, hacia la tierra".

En ambos símbolos, lo que se recalca, por cierto, son vías para alcanzar el Conocimiento. Vías simbólicas, por cierto, que tendremos que ir develando por medio del esfuerzo, del estudio, de la praxis y del asentamiento axiológico al que nos llama la Orden, para luego poder proyectarnos cabalmente a la sociedad que requiere constantemente de nuestros mayores afanes.

Conclusiones

Aunque nuestra obra se perfecciona de nuestro solo mercurio, a pesar de eso necesita de fermento rojo o blanco, pues se mezcla más fácilmente con el sol y con la luna, y se hace una sola cosa con él, siendo así que estos dos cuerpos participan más de su naturaleza, luego son más perfectos que los demás.

La razón es porque los cuerpos son de tanta mayor perfección cuanto más contienen de Mercurio. El sol, pues, y la luna, teniendo más de él, se conmezclan para la rubio y para lo blanco, se fijan estando en el fuego, porque el mismo mercurio solo es el que perfecciona la obra y en él hallamos todas las cosas de que necesitamos para la Obra, al cual no se debe juntar cosa extraña.

(Tomás de Aquino, Tratado en el Arte de Alquimia)

El trabajo del Com\M\, a diferencia del trabajo profano, debe tener una finalidad que sea coherente con “nuestras prácticas y doctrinas”, como solemos decir. Esto significa que ya no basta la labor de cantería, sino que el proceso ahora se complejiza y se dinamiza. Si recordamos el viejo adagio, aquél de que “el hábito no hace al monje”, bien podremos darnos cuenta que el actualizar un cierto ritual –unas determinadas prácticas–, junto con los símbolos a los que haga alusión – en el caso en comento, la posición al orden del grado –, no hace Mas\ de por sí. La “doctrina” a la cual hacen referencia, además, es una primera luz, creo, para ir develando lo que está más allá de lo visible.

En las líneas que precedieron, se trató de hacer una referencia a unos símbolos particularmente complejos, en cuanto a su red de relaciones, que nos presenta la Orden, sin pretender, por cierto, hacerlo de manera exhaustiva. Lo central en este sentido, se ha podido apreciar en la tríada corazón – cerebro – hombre, a la cual aludimos.

Si bien es cierto el trabajo masónico se hace con las luces de la razón, de acuerdo con lo que hemos dicho, no podría un cuerpo secundario o “accidente” estar por sobre un cuerpo primario o “esencial”. El desequilibrio en nuestra realidad como seres integrales se debe, precisamente, al predominio lunar ante el solar. La conjunción de la naturaleza alquímica de los trabajos, de este modo, queda alterada y los elementos dejan incompleta su amalgama en el athanor humano.

Los símbolos analizados nos muestran la interacción que se produce en el ser humano mismo, eje y principio de la Gran Obra, a fin de poner en acción las fuerzas vitales que le son propias, para que el pentagrama estelar realmente se transforme en una estrella flamígera. El Com\, si recordamos bien, es reconocido como tal por conocer la letra G, la que se nos presenta, en la ceremonia de aumento de salario, precisamente inscrita en el pentáculo radiante. Esto no es una casualidad; se trata de recalcar las potencialidades que deben actualizarse en el hombre para que se transforme en un instrumento de reflexión.

La inteligencia que nos conecta con nosotros mismos, con los demás y con la vibración universal, materializa su acción a través de la razón. En este sentido entendemos el cogito, ergo sum cartesiano. No porque el pensamiento racional sea anterior o conditio sine qua non de la existencia, sino más bien porque la naturaleza propia del ser humano, condición sin velos puestos por delante, se concreta en la acción dentro de la sociedad, la que a su vez se mediatiza por la acción de la voluntad guiada por el entendimiento razonado.

La conjunción de estas características permite al Com\ entregarse a los trabajos para los cuales ha sido llamado y de los cuales deberá rendir cuentas, pues el aumento de salario no es una mera formalidad que nos pone por sobre otros, sino que es la asignación de nuevas responsabilidades, la conducción por nuevos caminos y la comprensión de otros conocimientos, todo lo cual nos hace más conscientes de nuestra propia ignorancia y de la enorme labor que aún queda por delante. Sin embargo, como señala el dicho medieval, ora et labora, esto es, concentremos las energías vitales de la inteligencia y la reflexión para actuar sobre el mundo, irradiando paulatinamente las luces que permitan el desarrollo humano de la sociedad.

Termino esta exposición, recordando algunas palabras de Guénon (1927):

El “conocimiento del corazón” es la percepción directa de la luz inteligible, esa Luz del Verbo de que habla San Juan al comienzo de su Evangelio, Luz irradiante del “Sol espiritual” que es el verdadero “Corazón del Mundo”.


Bibliografía
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Vâlsan, Michel (1969). Símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada, compilación póstuma de la obra de René Guénon, EUDEBA, Buenos Aires. Wirth, Oswald (s/f). El libro del Compañero.


Introducción
“La Leyenda Masónica personifica el trabajo en Adonhiram, quien tuvo a su cargo la provisión de los materiales que se utilizaron en el templo de Salomón. /.../ Una vez que dio fin a la obra continuó prestando sus servicios al Rey como asesor jurídico y financiero, como Sacerdote de los Misterios, como amigo y confidente. Es, por tanto, un ejemplo de la multiplicidad que debe tener el Masón para servir al prójimo y a la sociedad en cuanto sea necesario”.
(Ortega, Cámaras de Instrucción para el Segundo Grado Simbólico).

Muchas veces damos por sentado que la significación de una expresión o de una idea es lo que, en la práctica, ha sido su uso. Sucede con la palabra retejador. Todas las definiciones exotéricas señalan que el verbo retejar se refiere al hecho de poner en el techo las tejas que faltan. En el sentido masónico, implica “poner a cubierto de la indiscreción” de quienes no están preparados para recibir la intensidad de esta luz que ahora nos alumbra.

El retejamiento, entonces, sirve a los fines de poder reconocer al iniciado que ha recibido su aumento de salario y que está capacitado, desde ahora, para ejercer el trabajo masónico tanto intra como extramuros.

Muchas cosas tal vez pudieran decirse, pero como nos vemos enfrentados al reconocimiento del F\M\ de 2º grado, es evidente que la alusión aquí se refiere a los medios con que contamos para ello, esto es, el signo, el toque y la palabra; porque claro, cuando el tejador de la Lo\ acude a verificar quien golpea a las puertas del templo con la batería del grado, lo primero que debe observar es a un Q\H\ en la posición al orden. Luego, al acercársele, se debe ejecutar el toque y entregar la palabra correspondiente. Una vez efectuado esto, el tejador reingresa al templo y comunica la calidad masónica de quien espera ser admitido en los trabajos, lo que es anunciado y permitido por el V\M\, ante lo cual el Com\M\ ingresará con la marcha respectiva.

En este escrito me referiré a la perspectiva esotérica que implican los temas considerados. Desde ya, mis excusas por la extensión del trabajo, y a los Q\Q\H\H\ que ya han leído parte de las ideas, ojalá toleren mis reiteraciones.


Gracias al Q:. H:. Manuel Eduardo C.S.


E.B.G. Jacob Uriel Escalera  M.:.M.:. 
A.·. L.·. MMXIII
  Shalom aleijem

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