Bienvenida

‘Dijo Elokim: Haya luz y hubo luz.’ Génesis 1:3

Que la gran luz del entendimiento ilumine nuestros cerebros y purifique nuestros corazones , a fin de que en un ambiente de intelectualidad y de perfecta fraternidad , nos entreguemos a buscar los senderos de nuestra propia superación. Eusebio Baños Gómez

Página del día

LA LUZ PRESTADA - El Espía de DIOS

Menú

sábado, 1 de mayo de 2010

NÁMASTE

Námaste es una palabra hindú que se utiliza como saludo y despedida, acompañado normalmente de la inclinación de la cabeza hacia adelante con las palmas de las manos juntas a la altura del pecho.

El verdadero significado por lo visto es:

Yo honro el lugar dentro de ti donde el Universo entero reside. Yo honro el lugar dentro de ti de amor y luz, de verdad, y paz. Yo honro el lugar dentro de ti donde cuando tú estás en ese punto tuyo, y yo estoy en ese punto mío, somos sólo Uno.


En sánscrito, significa literalmente "me inclino ante tí". Na refleja una simple negación Maā señala al ego, refiriéndose al "yo" o al "mí". De esta manera nama significa "inclinación, homenaje, saludo reverencial, adoración a la verdad interna del otro", pero no refiriéndose a su ego. Te es el dativo del pronombre personal tvam, "usted". Una traducción literal de namaste es, de este modo, "un saludo reverencial a su interno".

Mi energía más alta saluda tu energía más alta.
El Dios en mí ve y honra el dios en ti.
Pueda el Dios dentro de ti, bendecirte.

En otros términos, este saludo reconoce la igualdad de todos, y rinde honor a la santidad e interconexión de todos, así como a la fuente de esa unión.

En los contextos japoneses este gesto de las manos (con una reverencia más inclinada), se denomina gassho.

En la novela The Journey of the Fool (el viaje de los tontos), de Fady Bahig, el gurú ficticio Sri Bakashānanda explica el sentido de námaste:

Significa ‘yo saludo a la luz de Dios que está en ti. De hecho, significa que la luz de Dios en mí saluda a la luz de Dios en ti. Pero tú sabes que no hay ninguna diferencia entre la luz de Dios que está en mí y a la luz de Dios que está en ti. Y ya que los saludos sólo se realizan entre dos entidades separadas, para nosotros sería mejor no hablar en absoluto de saludos, sino decir que la luz de Dios en nosotros celebra su presencia eternamente en nuestros corazones.
Fady Bahig


¡Námaste!


2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por instruirme y gracias por ser parte de mi crecimiento personal . Gracias

    ResponderEliminar

Twitter