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‘Dijo Elokim: Haya luz y hubo luz.’ Génesis 1:3

Que la gran luz del entendimiento ilumine nuestros cerebros y purifique nuestros corazones , a fin de que en un ambiente de intelectualidad y de perfecta fraternidad , nos entreguemos a buscar los senderos de nuestra propia superación. Eusebio Baños Gómez

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LA LUZ PRESTADA - El Espía de DIOS

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domingo, 9 de mayo de 2010

A todas las Madres

Dedicada a todas la madres y a una en especial de Piura.Perú, madre ejemplar y amante perfecta, gracias Sandra Elizabeth.

A mi madre

Oh sol de mi niñez, madre querida,
que te ocultas en nubes de pesares,
los ecos de mi alma entristecida
lleve hacia ti la brisa de los mares.

No muevo el arpa a melodioso canto
por seguir el fantasma de la gloria,
cada son es la gota de este llanto
que consagro a tu plácida memoria.

Si lleno de pesar mi triste pecho
su llanto no vertiera en este día,
a mis penas el alma cauce estrecho
en mares de dolor se anegaría.

Si yo culpable fui o si he sembrado
de crímenes la tierra que me abriga,
o al cielo en su justicia he provocado
¿porqué, oh madre, porqué cruel te castiga?

¿Porqué sumida en la doliente ausencia
te erige sus cadalsos el dolor?
Tu delito fue darme la existencia,
¡fue tu delito tu materno amor!

¿Quién de ti me apartara, madre mía?
¿Quién ha turbado tu felice anhelo?
el que trueca en desorden la armonía,
y la paz ahuyentó del triste suelo.

El oro, sí, fue el oro mercenario
que abrojos presta al cabezal del hombre,
el oro a la ventura necesario
hasta de aquel que aborreció su nombre.

Lo buscaré, sí, madre, y la ventura
a vivir con nosotros volverá,
su tiránica ley, de la natura
los vínculos de amor no romperá.

En arras pues de bienhechores tratos
van con destino, madre, a tu sustento,
de mi primer afán los dones gratos,
son muestras de esperanza y de contento.

Que no la vanidad ni las grandezas,
ni codicias injustas, criminales,
me impulsan a soñar con las riquezas,
mis fines son, lo juro, celestiales.

La paz del corazón, el goce santo
de la familia en el honrado gremio,
el bien no individual, son el encanto
que busca el corazón cual grato premio.

¡Ah! ¡si cual ave que llevó ligera
a sus hijos las presas inocentes,
en alas de mi amor volar pudiera
o darte mis abrazos elocuentes!

Tú me diste tu sangre en alimento
en la risueña edad de mi lactancia,
hoy mi sudor, mi ser, todo mi aliento
los cuidados te pagan de la infancia.

Y aun yacen en mi pecho enrojecidas
por fuego de virtud, las bendiciones
que me diste al partir, no desoídas
se pierdan tus maternas oraciones.

Bendigo, sí, a mi vez, bendigo el oro
que así se presta a generoso empleo,
lo bendigo también si enjuga el lloro
o redimiendo al infeliz lo veo.

Mas, oh madre, ¿qué alcanzo con que vivas
si los aromas de tu amor no alcanzo?
¿qué te importan los dones que recibas
si en pos de tus caricias no me lanzo?

Adiós, oh madre, pues, ruégale al cielo
que luzca siempre su genial bonanza
y nunca el triste y nebuloso velo
nos encubra ¡ay! ¡el sol de la esperanza!

Gracias a Alejandro T. y R.


Mi madre

No las grandes verdades yo te pregunto,
que no las contestarías; solamente investigo

Si cuando me gestaste, fue la luna testigo,
Por los oscuros patios en flor, paseándose.

Y si, cuando en tu seno de fervores latinos,
yo, escuchando dormía, un ronco mar sonoro

Te adormeció las noches, y miraste, en el oro
Del crepúsculo, hundirse los pájaros marinos.

Porque mi alma es toda fantástica, viajera,
y la envuelve una nube de locura ligera

cuando la luna nueva sube al cielo azulino.
Y me gusta, si el mar abre sus fuertes pebeteros.

Arrullada en un claro cantar de marinero
Mirar las grandes aves que pasan sin destino

Gracias a Alfonsina S.

Madrecita Mía

Madrecita mía, madrecita tierna,
dejame decirte dulzuras extremas.

Es tuyo mi cuerpo que juntaste en ramo
deja revolverlo sobre tu regazo..

Juega tu a ser hoja y yo a ser rocío,
y en tus brazos locos tenme suspendido..

Madrecita mía, todito mi mundo,
dejame decirte los cariños sumos...

Gabriela Mistral

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